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"Sherpa Conflicto en el Everest" Entrevista con Dir. Jennifer Peedom

Por Jennifer Peedom, Mónica Nepote y Ximena Atristain /

5 may 2016

Cuando Jennifer Peedom (cinematógrafa australiana) y su equipo cinematográfico emprenden, en 2014, una nueva expedición al Everest, no esperaban la respuesta de la montaña. La intención de mostrar la relación espiritual de la comunidad sherpa con Chomolungma “La madre del universo”, en contraste con la relación utilitaria y competitiva de los escaladores extranjeros, se ve acentuada cuando una avalancha se desploma sobre la ruta matando a 16 guías sherpas que llevaban suministros para preparar siguiente campamento.

Este accidente, uno de los más terribles del Everest, detonó la profunda inconformidad de la comunidad sherpa con las evidentes y altamente riesgosas condiciones de trabajo a las que se enfrentan año con año. Mientras los viajeros suben ligeros, los guías sherpas cargan a pie y a lomo casas de campaña, tanques de oxígeno, valijas, vajillas, herramientas y equipo para el montaje de camp resorts itinerantes a lo largo de la peligrosa ruta.

Un documental que alza las cejas, pues parte de la convivencia entre los guías sherpa y los “exploradores” del Everest, distante y desigual. En pleno siglo 21, a 8, 800 metros de altura, el accidente y la emergencia resaltan discrepancias de posturas, visiones de mundo completamente disímiles, intereses de una industria turística, condiciones de trabajo salpicadas de colonialismo, y logra convertirse en una instantánea que pone de manifiesto las diferentes posturas en la relación con el territorio.

Jennifer Peedom retrata mejor que nadie la distancia ideológica y espiritual entre los sherpa y el mundo occidentalizado, es testigo de los principios que la generan, y también manda un mensaje que nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con el entorno natural y la religiosidad que nos impone o debería imponernos.

Por otro lado, la película detalla la avalancha como una posible causa del derretimiento de las capas de hielo debido al calentamiento global, otro de los grandes fantasmas que rondan el ambiente; el rostro del planeta cambia y eso también provoca que cambien las relaciones sociales y las políticas de pequeña a menor escala.

Siempre resulta contundente la forma en que el paisaje opera como elemento disparador al tiempo que es telón de fondo de geografías a conquistar; la aridez o la dificultad de la montaña pueden leerse como meta a alcanzar, domesticar y vencer, así como también pueden entenderse como espacio de reserva, reconocimiento, y respeto.

Los desvanecimientos de las fronteras no existen, eso lo vemos claramente en este momento, como tampoco existen del todo la globalización o la estandarización del mundo como los medios parecen apostar. Es sintomático que en estos espacios donde la sobrevivencia es un reto las visiones se polaricen.

Con el espíritu de compartir la sola experiencia de haber visto este documental “Sherpa Trouble on Everest”, les presentamos esta breve entrevista.

Son sorprendentes las distancias ideológicas entre el mundo occidental y oriental, uno basado en la competitividad y los récords, mientras que en otro prevalece un sentido relacional y vinculatorio con el entorno; la naturaleza o la montaña son vistas como sujetos. ¿Cómo percibes esto al colocarte como testigo de estos dos mundos y qué posibilidades hay de que uno modifique al otro?

Una de las cosas que quería mostrar en el documental era el respeto que tienen los sherpas por la naturaleza. Tienen dioses que habitan las montañas, los ríos, los lagos, porque para sobrevivir en ese entorno debes respetar estos lugares. Ellos saben que su vida depende de ello, por eso tratan a la naturaleza con tanto respeto. Hace diez años, cuando empecé a viajar a las montañas me di cuenta de que había una desconexión grave y que de ahí podía surgir una historia. Cuando veía las hordas de extranjeros que llegaban a escalar las montañas en helicóptero, sin mostrar el menor respeto hacia la montaña, me pregunté ¿cómo ven los sherpas esa conducta? Por eso siempre me interesó mostrar cómo es que los racionalizan el trabajo que tienen que hacer para sobrevivir y que a la vez va en contra de la relación espiritual que tienen con las montañas, particularmente con Chomolungma “Madre del universo” (el Everest). Uno de los guías me dijo que cada que pisa, clava, o patea la montaña, pide perdón a los dioses por hacerlo.

En el documental se toca tangencialmente el tema de la brecha entre generaciones, puede ser que esto tenga que ver con dos aspectos: una generación de jóvenes interconectados, al tanto de las Primaveras Árabes y la posibilidad de la acción a través de la protesta.

Sí, se menciona la Primavera Árabe, el organizador de las exploraciones dice que los jóvenes sherpas estaban influenciados por ese movimiento, pero eso no es cierto. Lo que sucedió surge originalmente de la comunidad sherpa, ellos dijeron “Ya basta. Murieron dieciséis personas, no está bien seguir escalando”. No estoy de acuerdo en decir que todo es una cuestión política. En todo caso ¿qué si así fuera? Esto es un movimiento hacia la autodeterminación. Los sherpa son gente educada, hace veinte años ni siquiera tenían la preparatoria, ahora la mayoría estudió la preparatoria y eso cambia a una comunidad. Creo que está mal pedirles que se queden como estaban sólo para obtener un beneficio económico. No es justo.

Además cuentan con conectividad a Internet, casi todos usan Facebook. La mayoría han viajado a Estados Unidos y Europa para entrenarse en montañismo. Los guías sherpas están patrocinados por compañías para hacer estos entrenamientos. Los viajeros, los guías occidentales y los sherpas básicamente tienen el mismo conocimiento en montañismo, sólo que a los sherpas les pagan menos.

Es obvio que mientras filmaron nadie esperaba un accidente así. ¿Cómo es que este suceso cambió la dirección del documental? ¿Te dio más claridad?

En ciertos aspectos resultó ser un documental completamente diferente, en otros no, fue justo al punto que quería tocar. Desde un principio quise mostrar cómo era la relación de los sherpas con las montañas, la angustia de las familias y de las esposas al ver partir a sus maridos cada vez que hay una expedición. Por otro lado, la finalidad era mostrar el riesgo desproporcionado que toman los guías sherpas para ayudar a los extranjeros a subir y bajar. La avalancha sólo resaltó ese riesgo de una forma que nunca hubiera podido mostrar. Nunca pretendí hacer un documental sobre montañismo, sino un documental sobre las personas involucradas en ello.

Quería mostrar cómo sucedía esto en el Everest. Por muchos años vi cómo los extranjeros que iban a escalar se valían de la ayuda de los sherpa. En 2006, uno de estos viajeros tuvo un accidente y uno de los guías lo cargó para bajarlo de la montaña, sacarlo de ahí, y claro, este señor llegó a su país a decir que había escalado el Everest, escribió libros, dio un discurso público y jamás mencionó al sherpa que le salvó la vida. Por estos motivos decidí seguir a la expedición hasta la cima, para poder mostrar los riesgos a los que los sherpas están expuestos, sobre todo al bajar, pues es aún más peligroso. Pero sucedió lo de la avalancha y las muertes, y seguimos esa historia, que resultó ser más fuerte y potente, tristemente.

Hablando de cuestiones más técnicas, me interesa el uso de tecnologías a favor de realizar películas como esta, pienso en las tomas que ilustran la avalancha, ¿fueron realizadas con drones? ¿En qué sentido las tecnologías móviles y portátiles permiten nuevos accesos y cómo se traduce ésto en las historias de las personas?

Debido a que ya había filmado en el Everest, sabía lo difícil que era. Éramos en total cinco cinematógrafos, dos de ellos sherpas. Llevábamos cámaras, Go Pros, iPhones. No utilizamos drones, más bien usamos helicópteros con cámaras y mobis que son estabilizadores de imagen. La avalancha que filmamos no fue la avalancha que causó el accidente, fue una menor que sucedió el mismo día. Ese tipo de avalanchas pasan todo el tiempo en el Himalaya.

Resultó ser un documental mucho más político lo que esperabas. ¿Cuál fue la secuela que generó, cómo ha sido leído o interpretado por la crítica?

Cuando me fui de las montañas no estaba segura de tener una película. Pero cuando Phurba Tashi (el guía Sherpa) decidió dejar de escalar, pensé "Ok, tal vez tenemos una película", ya que lo que pasó le afectó mucho. Tuve que revisar todo el material, mandarlo a traducir, la edición tomó cuatro meses y medio. Ha sido muy bien recibida, mejor de lo que esperaba. Ahora tenemos una nominación BAFTA, está en cines por todo Australia, le está yendo muy bien. Pero lo más importante es que la comunidad sherpa la ha recibido muy bien, la consideran un regalo. Claro, el que sea aclamado por la crítica es una ventaja y un alivio.

 

Agradecemos al Ambulante por las facilidades para realizar esta entrevista.

Jennifer Peedom

Documentalista

Documentalista australiana. Su documental Solo (codirigida con David Michôd) ganó el Premio 2009 del Australian Film Institute por mejor documental en menos de una hora. Su documental Sherpa, que fue filmado durante el 2014 en el Everest, ganó el Premio Grierson 2015 al mejor documental en el Festival de Cine de Londres BFI y cuenta con una nominación al BAFTA.

Mónica Nepote

Editora y escritora.

Está al frente del proyecto E-literatura del Centro de Cultura Digital

Ximena Atristain

Editora y traductora.

Fundó y dirigió la revista Lenguaraz, literatura para no leer. Estudió Letras Inglesas en la UNAM e Ingeniería Biomédica en el IPN.