Una cookie (o galleta informática) es información en forma de un archivo de texto, enviada por un sitio web y almacenada tanto en navegador del usuario como por la propia página, de manera que el sitio web puede consultar la actividad previa del usuario. La necesidad de almacenar información del usuario se debe a que TCP/IP es un protocolo sin estado, es decir, no guarda ninguna información sobre conexiones anteriores.
Sus principales funciones son:
- Llevar el control de usuarios: cuando un usuario introduce su nombre de usuario y contraseña, se almacena una cookie para que no tenga que repetir el ingreso de usuario para cada página del servidor. Sin embargo, una cookie no identifica solo a una persona, sino a una combinación de computador-navegador-usuario.
- Conseguir información sobre los hábitos de navegación del usuario, e intentos de spyware (programas espía), por parte de agencias de publicidad y otros.
Las cookies pueden ser borradas, aceptadas o bloqueadas según desee, para esto sólo debe configurar convenientemente el navegador web.
En la década de los noventa internet fue privatizado, y en sus primero años el servicio utilizaba un sistema de paga al estilo televisión por cable, donde compañías como America Online (Aol In.) proporcionaban contenidos exclusivos para sus suscriptores. Esta forma de monetizar páginas de internet por subscriptores fue desechado con las cookies. Con las cookies, las compañías pueden monetizar la entrada de los usuarios a sus páginas a través de anuncios personalizados en internet que son generados a partir de la información almacenada por cada usuario en las cookies. En pocas palabras, en el inicio del siglo XXI, internet cambió de un modelo de negocios de subscripción por uno de intercambio de datos. Al ofrecer páginas de internet al público a cambio de una selección de sus datos de usuarios, fue como internet instituyó los datos como moneda de cambio.
Las cookies revolucionaron internet dándole la posibilidad a las páginas de tener memoria. Con ello, en lugar de tratar a cada usuario como nuevo y anónimo, da la oportunidad a la página de recordar lo que hizo el usuario en sus visitas previas. Le da la posibilidad a la web de tener un pasado, un pasado del cual el usuario no tiene idea y no puede acceder a revisar. Tomar las cookies como algo que sólo las ciencias de la computación entiende, ha generado un desconocimiento de varios fenómenos de comunicación y medios. Las cookies son una forma de comunicación entre el usuario, la página y los anunciantes, el mensaje son los comportamientos y datos del usuario. Este mensaje ayuda a crear perfiles de usuarios y la creación de anuncios conforme el perfil generado.
Con el desarrollo de los Adblockers (aplicaciones para los navegadores que permiten bloquear la aparición de anuncios vinculados a cookies) se ha generado un debate público sobre la información guardada por las empresas de publicidad, la privacidad del usuario y el gasto que genera la transmisión de información que no puede ver. Este debate ha llevado a que ciertas legislaciones, como la de la Unión Europea, a que obliguen a las páginas a informar el uso de cookies. Pero normalmente la generación de información del usuario por medio de cookies en las páginas no es anunciado, y de ninguna forma es pública, por lo que el uso de la capacidad de procesamiento y transmisión del usuario en la página web se ha vuelto un debate entre individuos y compañías sobre la opacidad de los mensajes de texto que las cookies coordinan. La discusión sobre las cookies se puede ampliar hacia la el spam, a la forma con la cual los usuarios pueden acceder a servicios en internet, la necesidad de defender y conservar el concepto de anonimato, así como entender qué datos personales están en juego cuando uno navega.