Este ensayo es una revisión del trabajo de algunos artistas y poetas que exploran las posibilidades de la máquina de escribir como medio para componer algo más que texto. Fue realizado como parte del taller Ostomachion. Máquinas post-concretas que se llevó a cabo en el marco de la exposición Máquinas de escritura que tuvo lugar en el Centro de Cultura Digital el año pasado.
//una palabra elonga otra y golpe tras golpe la hoja encuentra la dimensión precisa del espacio que configura; repite hasta borrar la costura misma que
ejercicios distribuyen tipográficamente el lenguaje dentro de ciertos márgenes: no hablemos de una hoja en un sentido literal: la dimensión es lo figurativo, es decir, las formas que va moldeando la palabra vista como un conglomerado de signos y sentidos, es decir, un compendio de caracteres dispuestos a la vista, es decir, el conjunto de cosas que hacen de otra cosa llamada palabra ser lo que es, pero ahora colocados de tal forma que podamos ver lo que tras de sí esconde
: el contorno de esas formas. Cuestionar el medio convencional a través del cual se comunica
//el typewriter art, o prácticas artísticas con máquinas de escribir, pone de relieve mecanismos que, de una u otra manera, hoy nos parecen patentes a través del arte con otros medios, en concreto, de la literatura expandida y la poesía electrónica y/o digital: fue el uso imaginativo de la máquina de escribir que comenzó a hacer tangible un acercamiento análogo a través del diseño, la tipografía y ciertas poéticas: la interactividad como nota característica de estos procedimientos, donde la reproducción del composiciones o una suerte de tejido causado por la tecla, la barra espaciadora con el marginador y la regla: todo elemento tiene un papel y cada acercamiento resolverá de manera distinta el reto técnico que el dispositivo-tejedora —en el que se transforma la máquina de escribir— le imponga; existe, sin embargo, una pregunta ¿qué es lo que hace de las prácticas con máquinas de escribir prácticas con máquinas de escribir?
una posible hipótesis a la pregunta planteada —qué hace al typewriter art ser typewriter art— podría ser formulada a partir de un breve repaso por una genealogía de prácticas artísticas con máquinas de escribir: revisión de conceptos fundamentales en la obra de Steffi Kiesler [Pietro Saga], Hendrik Nicolaas Werkman, Bob Cobbing, Franciszka y Stefan Themerson, Houédard, Henri Chopin, Hansjörg Mayer, Carl Fredrik Reuterswärd y Marianne Holm Hansen; para recorrer las distintas aproximaciones de estos creadores tomo como guía la separación que hace Alan Riddell en el prólogo de su Typewriter Art y que habría de retomar posteriormente Barrie Tullett para su Typewriter Art: A Modern Anthology
//Steffi Kiesler [a.k.a. Pietro de Saga] fue parte de De Stijl, un grupo de artistas y arquitectos europeos que buscaban la integración de un arte- total dentro de ciertos principios donde la forma y la técnica se conjuntaban para generar una manera distinta de acercarse al diseño. Para lograr esto, Kiesler pugnaba por el abandono de la pintura figurativa y representacional en pos de una imagen cuya composición llevara al límite la distribución espacial de ciertos caracteres: el método o procedimiento a través del cual ella ejerció su idea fue la construcción del typo-plastic: dibujos e ilustraciones hechas tan sólo con máquina de escribir. A través del typo-plastic, Kiesler lograba desplazar el aspecto comunicativo de la máquina de escribir, al tiempo que perseguía la descomposición de un acercamiento tradicional al diseño.
Por otro lado, el artista, pintor y tipógrafo H.N. Werkman, experimentaba con diseños abstractos. Estas composiciones jugaban con signos distintos a manera de collage en la hoja como un canvas y recibían el nombre de tiksels. Al igual que Steffi descomponía el espacio en blanco a través del uso de palancas liberadoras de la página, el rodillo y el embrague espaciador. Tanto Werkman como Kiesler despojan de su carácter comunicativo usual a la máquina de escribir, para dotarlo de una capacidad ilustrativa desde una perspectiva abstracta no-representacional.
//fue con Franciszka y Stefan Themerson y Bob Cobbing, que las prácticas artísticas con máquinas de escribir comenzaron a adquirir un cariz distinto. Fue en los veintes que Kiesler y Werkman harían los primeros desplazamientos donde la cuadrícula de la hoja se usó como marco de referencia en la exploración de ritmos visuales abstractos, pero Themerson y Cobbing comenzaron a construir imágenes tridimensionales intercaladas con juegos tipográficos: la relación entre la palabra e imagen es cada vez más perceptible en estos autores que en Kiesler y Werkman, pero lo más importante era que este vínculo no era lingüistico sino que oscilaba entre registros visuales minimalistas y saturados.
En el caso de Cobbing se apegaba más a esto último: emular la saturación de sus piezas sonoras, como E Colony, en sus composiciones visuales. La resolución técnica de los problemas análogos que les imponía la máquina de escribir al ser abordada como dispositivo sujeto a la imaginación plástica y pictórica se comienza a mostrar como rasgo esencial del typewriter art.
//Si Kiesler-Wekerman “despojaron” a la máquina de escribir de su aspecto comunicativo tradicional —gracias a la exploración de la hoja como una suerte de lienzo—, fueron los Themerson junto con Cobbing los que prepararían el terreno para el giro concreto, esto es, el acercamiento a través de la poesía concretista al typewriter art en manos, —particularmente— de Dom Sylvester Houédard [a.k.a. D S H], Henri Chopin y Hansjörg Mayer
//este giro concreto se caracterizaría por no sólo dotar de intención al desplazamiento tipográfico de la hoja (como lo hicieron los Themerson y Cobbing), sino que, a través de la alteración de tapas, teclado, rodillo, palancas liberadoras, guías, prensa y marginador, Houédard-Chopin-Mayer llevarían -influenciados por el movimiento de la poesía concreta- el typewriter art a otro nivel de dominio técnico: desde composiciones abstractas hasta representaciones geométricas del espacio, ejercicios de digitación mecanográfica, composiciones con distribución tipográfica no-lineal y escritura no-programática libre e ilustración por carácter.
// ¿qué significa la aportación al typewriter art a partir Houédard-Chopin-Mayer? ¿qué se quiere decir con dominio técnico? Un denominador común a los tres:sustancia y forma en conjunción para un composiciones cercano al poema tal como lo imaginó el concretismo. En otras palabras, a través de los dactylopoems de Henri Chopin, los typestracts de Houédard y los typoems de Mayer, las prácticas artísticas con máquinas de escribir o typewriter art encontraron un momento de virtuosismo visual, a través del uso de diversos recursos gráficos y tipográficos:
es importante advertir que aunque los typoems, los typestracts y los dactylopoems puedan atravesar en los criterios formales y estéticos de un poema concreto, un poema concreto no tiene porque cruzar por el typewriter art, es decir, que muchos de ellos aunque recurrían a recursos similares, el uso de la impresión por tinta los hacía más dúctiles: poder manipular tamaño de fuentes, traslapar impresiones, jugar con colores y tipografías. El mismo trabajo Hansjörg Mayer en Futura así lo evidencia.
esto, del poeta Haroldo de Campos, nos lleva a la pregunta: ¿cuál diríamos entonces, bajo la perspectiva del giro concreto, que es una de las cualidades inherentes al typewriter art? Si Kiesler-Wekerman despojan de la cualidad comunicativa tradicional a la máquina de escribir, buscando irrumpir la forma gráfica representacional y figurativa y los Themerson-Cobbing abonan hacia un desplazamiento consciente e intencional de la máquina de escribir como instrumento imaginativo al ilustrar y dotar de volumen composiciones gráficas (tanto minimalistas como saturadas) ¿qué es lo que Houédard-Chopin-Mayer con sus typoems, dactylopoems y typestracts -respectivamente- logran para las prácticas artísticas con máquinas de escribir desde el concretismo?
Dotar de ritmo y sentido las composiciones abstractas y/o geométricas a través de postulados poéticos estrechamente relacionados con el concretismo, pero, sobre todo, hacer patente lo que los pioneros habían empezado: la máquina de escribir como un dispositivo esencial y necesario para realizar sus composiciones o artefactos visuales. La necesidad de un medio y no de otro. Lo específico.
¿qué significa lo específico de la máquina de escribir como medio? Con lo anterior me refiero a la necesidad de sus recursos para generar dichas piezas, en otras palabras, el ser inherente al typewriter art el uso, modificación y resolución de problemas análogos que presenta la máquina de escribir en la realización de composiciones, a manera de tejedora de caracteres en la hoja.
Exponentes contemporáneos como Marianne Holm Hansen, Carl Fredrik Reuterswärd e incluso el mismo Alan Riddell, comprendían que era en esta exclusividad de la máquina de escribir para elaborar typewriter art donde yacía la característica esencial que lo hacía ser lo que es y no es redundante afirmar que, aunado a una búsqueda de la hoja a través del desplazamiento entre polos minimalistas y saturados, así como el despojar a la máquina de escribir de sus cualidades comunicativas tradicionales, la intencionalidad creativa encontraba en los diferente problemas análogos que le imponía la máquina de escribir (roturas de cinta, márgenes ajustados, modificaciones del “hardware” para lograr diseños más complejos)la misma fuente de su concreción en piezas. El typewriter art es typewriter art en la medida que, en la concreción de composiciones (poemas), atraviese la resolución técnica del dispositivo en función de algún particular concepto en juego.
Diego Espíritu
Diego Espíritu (Guadalajara, 1990). Estudió la carrera de Filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México. Es miembro del colectivo de investigación y creación Arte+Ciencia de la UNAM y del colectivo de gestión cultural y producción artística Waxolote Okupa con quienes realiza intervenciones inter y multidisciplinares. El año pasado organizó y formó parte de la primera edición del diplomado "Arte, Ciencia y Filosofía. Medios y Mediaciones", que se llevó a cabo en el Museo Universitario Arte Contemporáneo. Su trabajo fue incluido en la antología Proyecto Líquido. Deseo curado por la fundación Alumnos47 y en 2017 impartió el curso de literatura expandida Máquinas post-concretas en el Centro de Cultura Digital y en la ciudad de Guadalajara en el Patronato del Centro Histórico. Autor del libro Poemas Panks para community managers (Buenos Aires, Santos Locos, 2016; México, Mantarraya 2017)