El fenómeno viral en internet ha volcado la atención en nuevas prácticas culturales que se articulan a través de la comunicación en redes en tiempo real. En este contexto, el meme, que nació como una adaptación de la genética, ha tomado tintes situacionistas para constituirse como una nueva práctica del détournement. Richard Dawkins establece un vínculo entre la transmisión de información mediante el código genético con la transferencia de conocimiento en la cultura contemporánea. Para Dawkins, la unidad mínima del conocimiento es el meme. Paralelo a esta línea de pensamiento corre una postura con respecto a la práctica del meme que lo relaciona con el fenómeno situacionista del détournement (tergiversación). Los partidarios de esta propuesta plantean que la función política del meme radica en su capacidad de resignificar imágenes y textos para reinsertarlos en circuitos sociales. Esto último, en contraste con la postura de Dawkins, propone mirar el panorama general en perspectiva y rastrear el contexto del que se desprenden los memes. De ahí que no sea extraño encontrar en internet no sólo generadores de memes, sino motores de búsqueda que permitan rastrear bajo qué circunstancias fueron producidos.
Daniel Escamilla
Artista plástico y visual
Ha colaborado en diversas publicaciones impresas y digitales. En su más reciente producción ha realizado obra en diferentes formatos a partir de proyectos relacionales que exploran tres líneas de investigación: el emplazamiento en el mundo, la relación entre la memoria y la tecnología, y la nostalgia.