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El universo expansivo de Laurie Spiegel

Pionera revolucionaria de la música electrónica

Por Pamela Muñoz /

14 ago 2022

Pamela Muñoz nos ofrece  su escucha de The Expanding Universe, un álbum clave para conocer y apreciar la genialidad de Laurie Spiegel, quien expresaba que la música electrónica no era solo un capricho para satisfacer a las vanguardias, sino que ha sido una forma de establecer que es posible crear un mundo diferente y alcanzar un visión distinta de este.

 

La primera vez que escuche a Laurie Spiegel1 fue en una clase de teoría musical en la universidad. Debo confesar que no estaba muy entusiasmada por la materia, pensaba que las clases iban a tratar sobre música clásica impartidas por algún profesor que sólo escuchaba ópera (lo admito, estaba mal juzgando). Pero bueno, el profesor resultó ser un joven compositor musical casi de mi edad, y con gustos musicales muy afines. Recuerdo que un día nos compartió una playlist que había hecho para el grupo, la cual recorría historiográficamente las diferentes vanguardias en la música, era hermosa, sí; y con la que después debíamos escribir un ensayo sobre alguna canción que nos haya gustado. Inmediatamente después de tener la playlist la escuché, regresé a mi casa caminando por el camellón de Álvaro Obregón y recorrí algunas estaciones del metrobús bajo los 28 minutos con 28 segundos de The Expanding Universe. Había algo que desde ese momento llamó mi atención, se parecía mucho a los mantras2 que normalmente escucho para meditar, me sentí atravesada por el sonido, en un estado. 

Varios años después regresó mi curiosidad por Spiegel al ver el documental Sisters with transistors. Además de que el documental es un gran homenaje a las mujeres que revolucionaron la música electrónica, también es un buen análisis para entender las contribuciones que ha hecho la tecnología como herramienta hermenéutica para componer música. El cruce entre mujeres y tecnología es un tema que da para mucho; la misma compositora Spiegel en una entrevista menciona la dificultad de hacer música en una sociedad que no sólo juzga fácilmente a las mujeres por hacer música, sino que critica el hecho de usar computadoras para generar piezas/obras/arte.3

Pero para no hacer el hecho de ser mujer un anatema, como bien lo menciona Pauline Oliveros4 en un artículo que escribió para el NY Times5, cabe aclarar que ser compositora de música electrónica no es un preámbulo, sino más bien una posibilidad que atraviesa sensibilidades para crear nuevos discursos. Justamente, si en algo coinciden  Oliveros y Spiegel es en la idea de crear una consciencia sobre lo que escuchamos. La saturación, contaminación y sobrecarga de información acústica que se desarrolla en el paisaje sonoro6 que nos rodea cada día parece ser una enfermedad fulminante para nuestro oído. 

En el bellísimo libro, The Soundscape, Murray Schafer hace algunas reflexiones sobre las razones de la contaminación auditiva, proponiendo teorías muy interesantes sobre nuestra percepción sonora. Una de ellas es precisamente entender la historia de la evolución humana de acuerdo a su sentido auditivo: oír es una forma de tocar con la distancia, por lo que es importante tener en cuenta los cambios en el ambiente que han interferido con nuestra escucha. Muy acertadamente, para Schafer, la sordera en la humanidad despegó y ha ido incrementando desde el inicio de la era industrial, con las fábricas, la sobreproducción de metales, carbón, vapor, máquinas y todo utensilio que genere ruido ajeno a la naturaleza. Para Schafer los sonidos de la naturaleza se han perdido entre los sonidos industriales. Y cómo ponerlo en duda cuándo a veces ni siquiera somos conscientes de que el sonido, al ocupar un espacio y tiempo en el universo, también lo ocupa en nuestro cerebro: The sounds of travel have deep mysteries7, diría Schafer. Alejarnos de una conciencia auditiva no sólo es ir perdiendo capacidades biológicas, sino también es perder otros tipos de inteligencia cognitiva.

Recientemente vi la película Noche de Fuego de Tatiana Huezo, y una de las razones por las que me gusto mucho la película fue precisamente porque hay algunas escenas dónde se muestran las capacidades auditivas que perdemos, no tenemos, o nunca llegamos a desarrollar las personas que vivimos en la ciudad; a comparación de la gente que vive más cerca de la naturaleza, les citadines no tenemos la inteligencia de percibir, por ejemplo, la distancia desde la que se genera un sonido, no sabemos cuantificar distancias por el ruido, ni tampoco distinguir las fuentes de los sonidos. Esto me ha hecho cuestionarme cómo puede la tecnología competir con la naturaleza sin  destruirla, y cómo no destruir nuestras propias capacidades biológicas.

Pero para no alejarme mucho de la idea principal, regresaré a las razones por las que me interesa contraponer la música electrónica con los sonidos de la naturaleza, y es por eso que me inclino y regreso a Laura Spiegel. Su talento e ingenio la llevaron a componer piezas como  Music Mouse8 y Kepler´s Harmony of the Worlds, piezas inspiradoras para las mujeres que desean entrar al mundo de la música, pero también para las que siempre buscamos cruzar las líneas que separan ciencia, naturaleza, arte, y tecnología. La misma Spiegel, en un artículo para Pichfork9, habla sobre lo poco armoniosa que resultó ser su pieza Kepler´s Harmony of the Worlds, por más que haya seguido las instrucciones de Harmonices mundi, libro donde el astrónomo, J. Kepler (1571) proponía una consonancia tonal de los planetas usando la aritmética. Cabe recalcar que para Kepler el recurso del creador del universo era la geometría. Y yo entonces me pregunto, ¿en qué forma los movimientos de los planetas se reducen a una armonía musical? ¿Y cómo la tecnología puede ayudarnos a acercarnos a la naturaleza?  Lo curioso, es que la misma falta de armonía de la que habla Spiegel, también la expresa Kepler en su escrito. Mientras Kepler relativiza lo femenino como la parte irracional pero divina de algunos planetas como Venus y su dificultad para alcanzar tonos armónicos, Spiegel y otras compositoras de música electrónica usan esa misma disonancia divina para desestabilizar el sonido dominante, como bien menciona Tara Rodgers en su imprescindible libro Pink Noises. Para Spiegel, el drama necesario que requiere la música consiste en tensiones y resoluciones, el contraste que nuestro cerebro absorbe de las disonancias para luego regresar a los acordes armónicos es lo que nos genera dopamina. 

Otro ejemplo más armonioso lo tenemos en su pieza The Orient Express, sobre la que Spiegel explica cómo una ilusión rítmica de aceleración --cuándo la escuchamos parece que la velocidad va aumentando, aunque eso realmente nunca sucede--; de nuevo, jugar con el tiempo en la música, es parte de lo que nos genera satisfacción, pero también nos ayuda a entender los mismos procesos orgánicos del tiempo, con todo y sus contrastes, causando lo que llama la compositora, "un espacio estético". Del mismo álbum, The Expanding Universe, Spiegel considera sus piezas Patchwork y Pentachrome, como composiciones más armónicas, apelando a sus cualidades mentales apolíneas, como la simetría y la serenidad. 

En síntesis, creo que haber escuchado las 19 canciones de The Expanding Universe no sólo me hizo preguntarme sobre el misticismo que implica descifrar los sonidos del universo que intentó explicar Kepler, sino también me permitió meditar sobre el posible sonido del silencio10, y las causalidades de su hito no sólo en la historia de la música, sino en la trascendencia de nuestro ser y nuestra existencia. Meditar con música hecha por computadoras, sintetizadores, circuitos, softwares, y toda la tecnología inimaginable es una gran experiencia para reafirmar que la música electrónica es un buen ejemplo para integrar la mente, la tecnología, y el cuerpo.

Ahora que la inteligencia artificial trabaja a ritmos que la mente todavía no puede alcanzar, la música electrónica es un desafío para el arte. La posibilidad de hacer arte con sonidos no sólo es algo que le permitió a la humanidad evolucionar para su propia supervivencia, sino también ha servido para acercarnos a nuestra consciencia más evolutiva a través de rituales; y la tecnología ha sido parte fundamental de este mismo desarrollo, desde las rocas en la prehistoria, pasando por los instrumentos musicales y laptops, hasta artefactos más complejos como Body Synth11, el ingenio para crear máquinas ha sido claramente necesario para la revolución artística y la sanación. Incluso, desde diferentes perspectivas es que podemos abordar esta curación que nos produce la música y la tecnología, del mismo modo que visitamos una instalación sonora contemporánea o recurrimos a las antiguas enseñanzas hinduistas como el Nada Yoga12, el espectro de la mente crece a niveles incomprensibles, paradójicamente, incluso para la misma mente. 

Para concluir, una de las ideas principales que Spiegel quiere impulsar es crear un nuevo sentido del ser a partir de la consciencia acústica, y por conciencia acústica me refiero a que no hay sonido sin silencio, ni arte sin naturaleza, ni mucho menos música sin mujeres y tecnología. La idea de conocer a las mujeres que hay detrás de la música electrónica es un buen comienzo para entender todos estos conceptos más a fondo, y sobre todo para reflexionar sobre los medios de comunicación que dominan la industria de la música. Rescatar orgullosamente el divino femenino siempre es un buen pretexto para expandir sensibilidades, crear nuevas realidades, o incluso inventar sonidos que todavía no hemos escuchado. En lo personal, conocer a más mujeres compositoras de música electrónica abrió no sólo mi panorama sino aumento mi archivo en cuestión de variedad para mis ratos Zen.  Mi favorita tal vez ya no es Reflection de Brian Eno. 

 

Notas:

1 Laura Spiegel (1945) además de ser compositora de música electrónica y creadora de softwares, también es estudiosa de ciencias sociales y antropología en teoría musical. 

2 Un mantra son sílabas, palabras o frases sagradas en sánscrito que se recitan para conectarse con la divinidad, un apoyo fundamental en la meditación del hinduismo.

3 Leah Mandel. (2019). Laurie Spiegel’s expanding universe. 2019, de CRACK Sitio web: https://crackmagazine.net/article/long-reads/laurie-spiegels-expanding-universe/

4Pauline Oliveros (1932-2016) fue una compositora y teórica de la música electroacústica. Una de sus contribuciones fue la técnica Deep Listening (escucha profunda), en la que enfatiza ser consciente del espacio sonoro que nos rodea, algo muy similar a lo que es Musique Concrète que daría cabida después a la música experimental.

5Pauline Oliveros. (1970). And Don't Call Them ‘Lady’ Composers. 1970, de The New York Times Sitio web: https://www.nytimes.com/1970/09/13/archives/and-dont-call-them-lady-composers-and-dont-call-them-lady-composers.html

6A partir de las ideas del todólogo Murray Schafer es que se desarrolla el concepto de paisaje sonoro, el cual implica escuchar el mundo como si fuera una total composición musical.

7 Trad: Los sonidos de los viajes tienen profundos misterios.

8 Music Mouse es un software algorítmico para componer música en tiempo real, que después sería usado por otres musiques y empresas como Atari y Macintosh.

9 Simon Reynolds. (2012). Resident Visitor: Laurie Spiegel's Machine Music. 2012, de Pitchfok Sitio web: https://pitchfork.com/features/article/9002-laurie-spiegel/

10 Schafer describe el sonido del silencio como lo más perfecto que existe, su origen no sólo viene de un sentido auditivo, sino en una posición científica y mística, el silencio es vibración. En sánscrito incluso existe la palabra Anahata, la cual significa vibración del éter. Se dice que el silencio es permanente en el universo, pues existe desde antes de que nazcamos y sigue después de morir.

11 Body Synth (sintetizador de cuerpo) creado por Chris Van Raalte y Ed Severinghaus es un aparato que transforma los movimientos, gestos, y músculos del cuerpo en sonido.

12 Nada yoga es una práctica del hinduismo para interiorizar el sonido, al hacerlo nos aleja del mundo terrenal y nos eleva a las vibraciones más altas del universo.

 

Referencias 

 

Pamela Muñoz

Fb: /lasaramaga; Ig: @pulgosaa

Historiadora del Arte, escritora, feminista, cinéfila y amante de la filosofía y las letras, ha escrito ensayos sobre cine en revistas como Tierra Adentro y en espacios de investigación como la catedra de Teología Feminista de la Universidad Iberoamericana.  Actualmente sigue en la búsqueda de poder compartir su amor por el arte a través de las letras.