«Creo que el hecho de que haya crecido en una comuna en la cual era la única niña, en la que convivimos, un rockero, algunos economistas, una enfermera de la tercera edad, filósofos y un adolescente me dejó marcada. Y suelo llevar a cabo iniciativas que impliquen trabajo colaborativo.
En 1993 formamos junto con mi prima Catalina Cruz y su esposo Georges Drouet: CIPA (Centro Internacional de Promoción Artística) con el cual llevamos a cabo varios festivales y actividades principalmente en Bruselas, que involucraban artes y oficios. En 1995 siguió de forma natural la creación del Colectivo Sol Callari en el contexto de la VI Conferencia Mundial de la Mujer en Pekin con el que llevamos a cabo un Encuentro Internacional de Mujeres Latinoamericanas con el tema de Cultura y Poder. Algunas de las actividades eran, obras de teatro, exposiciones de arte, literatura y debates, estas actividades se llevaron a cabo en Bruselas y en París.
De regreso en México me incorporé al Centro Multimedia a inicios 1998. Allí, tengo un acercamiento a la tecnología más de fondo, ya que siempre me ha gustado indagar las entrañas de los aparatos descompuestos, transformar y crear espacios. Llevaba un año experimentando escenografías lumínicas con el Coreógrafo Gerardo Delgado y José Rivera y en el homenaje de William Burroughs que se llevó a cabo en La Panadería (una galería famosa en los 90 que estaba situada en Av. Amsterdam) vi la propuesta que se había generado en el Centro Multimedia y decidí acercarme.
Desde entonces, de forma autodidacta he aprendido varios softwares, descubrí que lo que hacía con las manos podía potencialidades en la nueva caja negra, la computadora. En 1999 iniciamos con Marcelo Gaete el proyecto de Kalispherion, música experimental y contemporánea, buscábamos integrar en las propuestas escénicas diferentes disciplinas, por cierto Marcela Flores se une en 2001.
En 2002 fundamos la compañía Bacaanda multimedia Alejandro Ortiz y Géraldine Célérier, juntos creamos El Sueño y presentamos más de 30 conciertos de jazz con video escenografías, teatro, danza, poesía, fuego y circo en la Ciudad de México y Morelia.
Después de 11 años de llevar a cabo estas iniciativas transdisciplinarias fundé con Myriam Beutelspacher la línea de investigación sobre artes performáticas y tecnología:Translab, plataforma de investigación y experimentación dentro del marco del programa Media Lab del Centro Multimedia.
Bioscénica surge en 2015 para dar continuidad a las investigaciones y experimentaciones que llevamos a cabo con nuestros colaboradores en está línea».
Quien habla es Minerva Hernández una artista multidisciplinar que ha participado en diversos proyectos que implican, lo vivo, las máquinas, el cuerpo, la escena, la teoría y la colectividad. Activa desde los años 90, Minerva es una artista que cambia de proyecto a proyecto y que, al mismo tiempo, conserva una línea temática muy firme que puede estar signada por la curiosidad y el colectivo. Estas es una breve conversación que tuvimos con ella para ahondar en su trabajo.
Centro de Cultura Digital (CCD): Al escuchar tu trayectoria, se abren varios caminos, por un lado están las relaciones disciplinares entre escena, tecnología y ciencia. ¿En qué momento empezaste a integrar estos tres cauces?
Minerva Hernández: Inicié mi formación interdisciplinaria desde niña, estudiando danza clásica, teatro, cine y fotografía desde entonces busco incorporar en un lenguaje propio la articulación de saberes. Concibo el espacio creativo como un espacio sin límites disciplinares. Pero hablando de fechas, en 1993, ya empezaba a hacer propuestas performáticas que mezclaran diferentes disciplinas en los festivales como Mexicales. Pero creo que realmente vi los primeros frutos de esta utopía de creación colectiva en Kalispherion, ya que embonábamos varias creaciones con diferentes artistas en un programa original.
CCD: Tu trabajo tiene una prolífica ramificación, trabajos propios, en colectivo, líneas de investigación teórica y laboratorios, piezas performáticas y muchas derivas. Me parece interesante esta forma de trabajo y me pregunto cómo se ha dado esta ramificación.
Minerva Hernández: Los temas que abordo en mi obra son las relaciones humanas, la vitalidad y la poética desde la experiencia propia. Al crear una pieza siempre surgen nuevas ideas, como una forma de serendipiti y en el camino de la experimentación nos encontramos con coincidencias e inquietudes similares entre amigos, desconocidos y de forma natural salen nuevas propuestas. Algunas las llevamos a cabo otras se quedan en el imaginario.
CCD: Otro aspecto llama la atención es la propuesta de cruce entre cuerpos vivos y cuerpos teóricos.
Minerva Hernández: En este mundo de las ideas es importante poder compartir nuestras experiencias, lo que hemos aprendido. Una forma de compartir el conocimiento es inventar nuestras propias metodologías, enmarcar nuestro proceso en líneas temáticas o teóricas para tener la libertad de desbordar en un sentido. Creo que nos pone en sintonía el hecho de buscar en el pensamiento, nos abre perspectivas que aún no nos imaginamos. Esto permite establecer un diálogo, una conversación y finalmente es una fuente generadora de ideas.
CCD: Cómo ha caminas en la tecnología, como se integran los cuerpos a ésta y cómo ésta recibe la huella del cuerpo, sea masculino, femenino o si vamos más allá de lo binario.
Minerva Hernández: Busco transmitir emociones, descontextualizar el presente y busco transformar lo material en posibles lenguajes desconocidos pero reconocibles. La idea es el pivote la tecnología tiene que volverse invisible para poder transportarnos en el mundo del otro. La curiosidad de los mecanismos que forman nuestro presente me han llevado a esta búsqueda de encarnación de lo íntimo y lo maquínico, esto es volverse un todo en constante transformación.
CCD: Me interesa hablar también del trabajo con lo no humano, por usar un término propuesto Timothy Morton, es curioso como desde los espacios de cruce entre arte, tecnología y ciencia se ha articulado una teoría que desplaza del centro a lo humano para traer otros horizontes.
Minerva Hernández Parte de la era digital ha marcado una separación entre la información y el contexto, las posibilidades que buscan están propuestas desde una mente desprovista de corporeidad. La relación con el entorno adquiere un dimensión de control y no de diálogo. La búsqueda está en producir mundo aunque yo creo que el estado experiencial está siempre corporeizado. Indudablemente lo humano deja de ser el centro pero la relación que surge con lo vivo lleva a nuevos horizontes y las fronteras de lo no vivo estarán constantemente transformadas por la tecnología de nuestra mirada.
CCD: ¿Los feminismos han tenido alguna huella en tu trabajo?
Minerva Hernández: Definitivamente el trabajo creativo que he llevado a cabo está en gran parte impregnado de la fuerte relación que existe entre mujeres. Desde mi primera obra audiovisual que habla sobre la fuerza de la amistad sobre el amor hasta los procesos comunitarios que llevo a cabo en Xochimilco con las incansables Valeria Hernández, Angélica Sánchez y Ama González. Estar rodeada de mujeres siempre me ha hecho sentir en casa, reír, imaginar, conversar, compartir me renueva, inspira y sobre todo me permite fortalecer las perspectivas.
Minerva Hernández
Artista multidisciplinar ha formado parte de diversos colectivos y su trabajo aborda temas de escena, cuerpo, tecnologías, ciencia y arte.