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Por un internet multilingüe

Por Yotzin Viacobo Huitrón y Mónica Nepote / 

20 dic 2019

 

En 2013, el diseñador y desarrollador de juegos Ramsey Nasser realizó la pieza قلب:لغة برمجة , una propuesta de programación conceptual que involucra programación y que cabe en las categorías de medios tácticos y arte conceptual. En ella Nasser, árabe de origen y residente en Nueva York, experto en ciencias computacionales y educador, “hackeó” el lenguaje computacional escribiendo un código completamente en lengua árabe, sin ninguna palabra en inglés. El título que se conserva en árabe y que según Google Translator significa algo como: “Corazón: un lenguaje de programación,  se relaciona —según se lee en el statement de la pieza— con el condicional “si”, que resulta elemental en el lenguaje computacional, una acción iterativa que indica a las máquinas qué hacer.

Este gesto de escritura antepone ideas-disparadores que desencadenan diversas reflexiones. Por un lado, el hecho de que saber inglés es una condición previa para aprender cualquier lenguaje de programación. Digamos que se da por hecho que el inglés es el código, lo que significa una serie de cuestiones aparte de las ya señaladas: asumir que los lenguajes de programación son posibles en uno solo de los cientos de lenguajes naturales que se hablan en el mundo.

En un mundo multilingüe es curioso que su versión en línea no refleje esta característica, pues como hemos señalado, las lógicas de producción de contenidos y dispositivos tecnológicos proviene en su mayoría de contextos anglófonos.

 

Una pieza como قلب:لغة برمجة contribuye a problematizar cosas que se dan por hecho, comenzando por el hecho de que no toda escritura se ejecuta y se lee de izquierda a derecha. La posible por imposible pieza programada de Nasser nos deja claro que, a pesar de la hegemonía de la escritura de código, el gesto de escribir puede ser un gesto personal. 

Llama la atención que esta pieza forme parte de la tercera Antología de la Electronic Literature Organization (ELO) como documentación. Fue expuesta en un espacio y desplegada como proyecto posible-imposible en un espacio físico más que una pieza desplegada en la web, la pieza es la documentación de la pieza, digamos pero lo que subraya en una antología como de la que forma parte es que la escritura es, precisamente, un gesto propio. 

 

Hace algunos años, el poeta guatemalteco Alan Mills reflexionó en un texto titulado Literatura hacker y la creación del nahual del lector, donde propuso que los doscientos años de la literatura producida en América Latina podrían considerarse como un territorio detectado en el ciberespacio con la lengua castellana como lengua de navegación, para después trazar una metáfora entre la idea de libro como repositorio de alta cultura y código cerrado. Además, sugiere situar las prácticas de literaturas en lenguas indígenas, que desde la oralidad quedaban fuera de ese contenedor ilustrado, como prácticas más cercanas a las prácticas de código abierto. El tema sobresale porque en el texto, escrito hace nueve años, propone una relación entre el hackeo a un sistema (pensando en el sistema cultural y más concretamente el sistema relacionado con la literatura y su metáfora del libro como símbolo) y las estrategias de los hablantes de lenguas originarias en América. En este sentido, el texto de Mills se complementa con las ideas vertidas por Nadia Cortés y Eugenio Tisselli en la publicación del Primer Encuentro sobre Reescritura Tecnológica en México, en la que explican ampliamente las formas de producción de la tecnología, las tensiones que éstas generan y la gran posibilidad de las reescrituras tecnológicas en varios proyectos que se realizan desde y para las comunidades indígenas en México.

Teniendo esto en el horizonte podemos hablar de algunos proyectos como La Red de Activismo Digital de Lenguas Indígenas es una investigación participativa y constante, coordinada por Global Voices, a través de Rising Voices, que busca que las diversas comunidades indígenas se apropien de los medios digitales y del internet para la representación de su lengua materna.

 

 

Ligado a este objetivo —que es por sí mismo una reflexión activa y práctica—, nació la idea de  ofrecer una especie de muestra-compilación que refiriera algunas iniciativas que desde la fuerza de diversas comunidades de hablantes de lenguas indígenas, ubicados en diversos puntos del país, buscan reescribir las tecnologías mediante su lengua materna. Desde el uso de plataformas precreadas a la programación desde cero, prácticas experimentales de escritura, aplicaciones para la enseñanza, almacenaje de su cotidiano con entradas y salidas multiformato y conjuntos de memoria a lenguajes gráficos; desde el rescate de los sonidos a la documentación de la evolución de la diversidad lingüística, de la preservación de la lengua y el deseo de mantenerla como bien común ante situaciones migratorias de sus hablantes a la invitación al encuentro con otros que busquen aprenderla.

Esa muestra-compliación está referida en Patsatakua, los proyectos ahí reunidos puntúan aspectos que marcan un uso particular de las herramientas tecnológicas: buscan descentralizarse al desplazar la función de usos utilitarios o acotados al mercado, representan la diversidad lingüística cultural y un nuevo mapa de términos, vocablos, etiquetas, categorías. Si los lenguajes de la tecnología suelen estar marcados por las agendas del norte global, iniciativas como las que aquí se presentan ofrecen alternativas y apropiaciones, reescritura y concepciones propias a la manera de entender las funciones tecnológicas.  Los proyectos contenidos aquí, muestran la posibilidad de entender la web bajo ópticas distintas a las del paisaje hegemónico de una web que sea funcional, enfocada en la usabilidad y haciendo esfuerzos para que su usuario no desvíe su atención a las millones de opciones que puede encontrar en la red. Esta plataforma reúne el trabajo de los programadores, activistas, lingüistas, estudiosos y hablantes de las lenguas que imaginan otras posibilidades en la red. Queremos pensar que de alguna manera un proyecto como Patsatakua se corresponde con la idea de Nasser, es un espacio que exhibe y muestra cómo diversas iniciativas de comunidades de hablantes de lenguas indígenas entienden y utilizan un medio como internet para socializar sus lenguas, preservarlas y representarlas.