En la primera entrega presenté los antecedentes de un estudio destinado a descifrar los códigos mediante los cuales las personas que buscan pareja por Internet representan sus atributos para despertar el interés de sus posibles interlocutores. En esta segunda parte presento los resultados del análisis aplicado a una muestra de 359 perfiles publicados en la plataforma www.pof.com.mx por hombres y mujeres con residencia declarada en México.
Para seleccionar el material se realizó un monitoreo para detectar los días y horas en los que el número de usuarios se incrementa, posteriormente se eligieron perfiles de 4 estados con distinta penetración de Internet (INEGI): Ciudad de México, Guerrero, Chiapas y Hermosillo.
El modelo analítico involucró 44 categorías y subcategorías relativas a la imagen y 84 categorías y subcategorías relativas al texto escrito. Para la primera parte se diseñó un modelo inspirado en la propuesta de la especialista en metodologías visuales Gillian Rose, si bien las categorías se idearon ex profeso con base en las características del material que se analizó; para la segunda etapa se utilizó el sistema Linguistic Inquiry & World Count (LIWC), desarrollado por investigadores de la Universidad de Texas.
Los materiales que se examinaron eran, en un primer momento, un conjunto de perfiles publicados en Internet, ¿cómo se ve un perfil de este tipo?
Estructura de un perfil genérico. Fuente: Elaboración propia con información de POF.
Los perfiles que conformaron la muestra se diseccionaron y sistematizaron mediante el sistema KAPA, herramienta de análisis que confeccionamos para calificar y fragmentar el material, para posteriormente generar frecuencias e identificar tendencias ¡Sin este recurso no habría podido realizar el estudio!
Las preguntas que guiaron el análisis son simples: ¿Cómo se representan las personas? ¿Qué atributos destacan para atraer la atención de los demás? ¿Pueden identificarse diferencias sustantivas entre hombres y mujeres o entre personas heterosexuales y homosexuales?[1] ¿Qué dice todo esto acerca de nuestra cultura?
Las paredes oyen, las imágenes hablan
Plano
El 74.6% de los perfiles utilizan planos cerrados, no se identificaron diferencias significativas en su uso entre hombres y mujeres. El resultado más interesante para esta categoría se presenta al contrastar la orientación sexual, pues el 74% de los usuarios homosexuales utiliza retratos en rango de plano cerrado, a diferencia de los usuarios heterosexuales, que lo utilizan en un 46%. Considerando que los planos cercanos apelan a la contigüidad emocional y a la intimidad, la diferencia resulta de gran interés.
Angulación
La mayor parte de los perfiles utilizan una angulación normal (66.28%), seguida de un 24.2% en el uso de tomas picadas, frecuentes en las selfies. La diferencia por género es significativa: los varones utilizan la angulación normal en un 10% más con respecto a las mujeres. Al contrastar a los usuarios por orientación sexual, se observa que los usuarios heterosexuales utilizan un 10% más la angulación normal con respecto a los homosexuales, sin que se presenten diferencias significativas en la preferencia por la angulación picada. Como se señaló antes, este acomodo de la lente es característico de los autorretratos y permite la inclusión de más elementos corporales y contextuales.
Saturación
El 53% de los perfiles presentan un tratamiento del color más saturado, mientras que el resto utiliza colores que tienden a neutros. No se identificaron diferencias significativas en el corte por género o por orientación sexual.
Escenario
Del total de perfiles, el escenario más recurrente es el doméstico, con un 37.17%; le sigue el de esparcimiento, con un 21.61%; en el 18.7% de los casos la toma es tan cerrada que no se distingue el entorno, el 6.3% refiere a un escenario laboral y el 3.4% corresponde a fotografías tomadas en el interior de un automóvil. El resto se reparte entre otros escenarios (lugares de transición como centros comerciales, tiendas, etc.) y casos en los que la categoría no aplica porque la toma es tan cerrada que no puede apreciarse el escenario.
El 47% de los varones homosexuales utilizan escenarios domésticos y el 11% de escenarios de esparcimiento, en contraste con los varones heterosexuales, que lo usan en un 27%, casi tanto como los escenarios de esparcimiento (26%). La diferencia sustantiva entre ambas categorías es el carácter privado del entorno doméstico versus la naturaleza pública de los salones de fiestas, centros turísticos, etcétera.
El 37% de las mujeres utilizan entornos domésticos y 21.4% escenarios de esparcimiento sin que se registren diferencias significativas al hacer la comparación por orientación sexual.
La predominancia de los escenarios doméstico y recreativo hace referencia por una parte, a características estructurales (ser una persona hogareña, poseer una casa,) y por otra parte a atributos asociados con el estatus, la capacidad de disfrute y la capacidad para viajar.
Mirada a la cámara
El 82.7% de los retratos muestran a personas viendo hacia la cámara, en congruencia con el contexto del mensaje, que requiere empatía. No se registraron diferencias significativas por género ni por orientación sexual.
Sonrisa
65.7% de los retratos muestran a personas sonriendo. La categoría incluyó casos en los que se muestran los dientes o bien si el usuario pliega las comisuras y tensa los labios describiendo un círculo ligero, sin mostrar los dientes.
El corte por género nos permite anotar que las mujeres sonríen un 5% más con respecto a los hombres. Al comparar por orientación sexual, observamos que las personas heterosexuales sonríen un 10% más con respecto a las homosexuales.
La sonrisa hace referencia a la simpatía, la alegría y la capacidad de disfrute.
·Vestimenta
En términos globales, el 80.1% de los perfiles muestran a personas vestidas de manera casual; el 4.8% visten formalmente, el 3.7% usan ropa deportiva, el 2.3% parecen estar desnudos (aunque POF lo prohíbe), el 1.4% usa uniforme y el resto se distribuye entre casos en los que no alcanza a distinguirse la vestimenta o la categoría no aplica. No se identifican diferencias significativas al hacer el corte por orientación sexual, salvo una ligera preferencia de las mujeres por la vestimenta formal con respecto a los hombres, que tienden más a la casual; tampoco se identifican diferencias sustantivas al hacer el corte por orientación sexual. Se observó que el 62% de los perfiles que muestran a personas aparentemente desnudas corresponden a varones homosexuales, único caso en el que se identifica una diferencia significativa.
En el caso de esta categoría, los usuarios privilegian la “naturalidad” por encima de la “sobreproducción”. Los retratos presentan a personas que se representan vistiendo como lo hacen un día cualquiera, sin efectos especiales; sin embargo en el caso de los varones homosexuales, se presenta una ligera diferencia en lo que hace al uso del cuerpo como recurso de atracción, aunque se desconoce si la medida resulta efectiva.
Utilería
Esta categoría incluye el uso de gadgets, aretes, perforaciones corporales, tatuajes, accesorios y del cabello como ornamento. El 71.1% de los perfiles incluyen algún elemento de utilería y las mujeres utilizan este recurso un 10% más en relación a los hombres. No se identificaron diferencias significativas por orientación sexual. La utilería puede relacionarse con el estatus (en el caso de la tecnología) o el énfasis en aquellas zonas del cuerpo que se consideran más atractivas.
Maquillaje, rasurado y/o depilación visibles
Esta categoría arrojó uno de los resultados más interesantes, pues el 88% de los perfiles presentan uno o más de estos tres elementos: esto evidencia el hecho de que la transformación corporal se considera un recurso legítimo y deseable para representar al usuario. Cabe hacer notar que la diferencia entre varones y mujeres fue únicamente de 8% más por parte de ellas. El contraste por orientación sexual no arrojó diferencias sustantivas.
Esta categoría es contundente: los usuarios reconocen el arreglo personal como un recurso para agradar y atraer la atención de las posibles parejas.
·Signos gestuales o somáticos adicionales
Esta categoría y sus respectivas subcategorías fueron sugeridas por el mismo material en una etapa avanzada del análisis.
Uso de signos gestuales y somáticos (global). Fuente: Elaboración propia con información de KAPA
Los resultados son muy interesantes: todos los perfiles incluyen al menos uno de los signos que se indican en la tabla sin que se identifiquen diferencias superiores al 5% entre hombres y mujeres, excepto en la cabeza de lado (mayor en el caso de las mujeres).
Al contrastar usuarios heterosexuales y homosexuales no se identificaron diferencias significativas, pero al integrar las variables de género y orientación, los contrastes afloraron, como se muestra en la tabla.
Uso de signos gestuales y somáticos por subgrupo. Fuente: Elaboración propia con información de KAPA
Las mujeres heterosexuales seguidas por los hombres homosexuales lideran en el uso de la cabeza girada o inclinada como un recurso para representarse, mientras que los hombres heterosexuales predominan en el uso de la pierna cruzada y flexionada (seguidos muy de cerca por las mujeres homosexuales), recurso que los hombres homosexuales no utilizan. Las mujeres no se representan con las piernas abiertas y los hombres heterosexuales no giran la cadera. Tanto las mujeres como los hombres homosexuales fruncen los labios (duckface); los hombres heterosexuales no aparecen con la mano en la cintura o en la cadera y sólo los varones homosexuales aparecen con las manos en los bolsillos (una o ambas). Los códigos corporales expresan creencias compartidas acerca de cómo deben representarse las personas de acuerdo con su género y orientación sexual.
Sin duda, la adición género+orientación nos permite observar matices en los códigos corporales: la cabeza de lado se asocia con la ternura y la inocencia, los labios esponjados y la cadera girada con la sensualidad, las piernas abiertas con la virilidad, etcétera.
·3.6.11. Postura
Postura del sujeto a cuadro por subgrupo. Fuente: Elaboración propia con información de KAPA
El 50% de los perfiles representan a personas de pie, mientras que el 35% de los sujetos parecen estar sentados. El resto de la muestra se divide entre las posiciones: acostado, acuclillado, agachado, recargado o no se distingue dada la cercanía del plano. No se identifican variaciones significativas al contrastar a hombres y mujeres, nuevamente los matices se hacen visibles al agregar el género y la orientación.
Sólo los varones homosexuales aparecen acuclillados, las mujeres homosexuales no se representan agachadas, ni los hombres (con independencia de su orientación) aparecen recargados. La postura de pie se asocia más con la actividad el carácter dispuesto a la acción, en contraste con las posturas recargada, sentada o agachada, que se asocian con la pasividad.
Autorretrato
Para evaluar esta categoría se consideró la angulación y el extremo del brazo que indican que el sujeto está sosteniendo una cámara o un celular.
El 49% de los perfiles parecen ser autorretratos (selfies), las mujeres utilizan este recurso un 5% más con respecto a los varones. Al integrar género y orientación, observamos que la mayor diferencia se presenta en el caso de las mujeres heterosexuales, que tienden más al autorretrato y en el caso de los varones heterosexuales, que tienden menos al uso de este recurso en relación a los demás subgrupos.
Uso de autorretrato por subgrupo. Fuente: Elaboración propia con información de KAPA
Acción
¿Qué hacen las personas que aparecen a cuadro? La mayor parte de los perfiles de la muestra presentan a personas posando, sin que se identifiquen diferencias sustantivas entre hombres y mujeres. Al integrar género y orientación, observamos diferencias interesantes, aunque el resultado global indica que hacer presencia, saliendo del anonimato, opera como atributo positivo en sí mismo. Esta interpretación no es descabellada, ya que el solo hecho de publicar un perfil en un portal o en una aplicación móvil conlleva la renuncia al anonimato, haciendo una declaración con la sola presencia: “aquí estoy, quiero conocer a alguien”.
Acción representada (global). Fuente: Elaboración propia con información de KAPA
Acción representada por subgrupo. Fuente: Elaboración propia con información de KAPA
Los perfiles identificados como “No Aplica” (NA) corresponden a imágenes que no son retratos o claramente no corresponden con el usuario (por ejemplo, la imagen de un edificio en lugar de un retrato). Esta situación sólo se presentó en el caso de los usuarios homosexuales. Posar fue la única categoría que se presentó en las 4 combinaciones, mientras que sólo los varones heterosexuales se representan caminando, firmando un documento e interpretando un personaje; sólo los hombres homosexuales se representaron tocando un instrumento y trabajando, sólo los hombres (en general) se representaron jugando y sólo las mujeres heterosexuales se representaron revisando el celular (aunque estos últimos dos datos no resultaron). Los rasgos de la muestra indican, tal como ocurre con las posturas y los gestos, que las acciones mediante las cuales se representan las personas están codificadas.
¿Cuáles son los atributos de valor asociados con posar? La corporalidad, la actitud, el aplomo, la presencia, la presentación del sujeto a cuadro.
Las imágenes hablan, las palabras susurran
Configuración del sobrenombre
La plataforma solicita a los usuarios que se presenten con un sobrenombre, la mayor parte de los cuales se componen de nombre y un apellido (por ejemplo: ThorGlez). Le siguen en importancia las posibles referencias a fechas y los sustantivos. No se identificaron variaciones significativas por género u orientación.
Configuración del sobrenombre (global). Fuente: Elaboración propia con información de KAPA
Atributos de la descripción del usuario
A continuación se ilustran los rasgos más comunes de los enunciados que los usuarios publican para presentarse.
Atributos de la descripción del usuario (global). Fuente: Elaboración propia con información de KAPA
Reconocimiento de palabras
El 84.83% de las palabras utilizadas por los usuarios fueron reconocidas por LIWC, lo cual implica una alta confiabilidad en el resultado. Cabe hacer notar, sin embargo, que el diccionario en español de este sistema omite verbos fundamentales en el contexto de POF como “buscar”, por lo que habremos de tomar en cuenta esta limitación, dado que el 44.9% de las presentaciones escritas incluyen buscar o sus inflexiones.
Al integrar género y orientación, encontramos que los hombres heterosexuales utilizan más palabras reconocidas por el diccionario de LIWC, cosa que podría explicarse por la frecuencia de este subgrupo en la muestra en general, no así en el caso de las mujeres homosexuales, que utilizan más palabras reconocidas por el diccionario en relación a las mujeres heterosexuales.
Porcentaje de palabras reconocidas por el diccionario. Fuente: Elaboración propia con información de LIWC
Palabras por enunciado
En lo que hace al promedio de palabras por enunciado, los hombres homosexuales lideran en extensión, seguidos por los hombres heterosexuales, las mujeres heterosexuales y las mujeres homosexuales, subgrupo con los enunciados más breves de la muestra.
Promedio de palabras por enunciado, por subgrupo. Fuente: Elaboración propia con información de LIWC.
Pronombres
Esta categoría arrojó diferencias interesantes por género y orientación sexual. Los varones de la muestra no utilizaron el pronombre “nosotros”, mientras que las mujeres homosexuales no utilizaron ni el pronombre “nosotros” ni el “tú”. Los hombres heterosexuales lideraron en el uso del “yo”, mientras que las mujeres heterosexuales fueron el único subgrupo que utilizó el “nosotros”. Dado que POF es un sistema en el que los perfiles están explícitamente alterdirigidos (Sibilia, 2008), esto es, han sido pensados para capturar la atención de alguien más con la expectativa de recibir una respuesta, la alusión al otro (tú, nosotros) resulta por demás importante.
Uso de pronombres, todos los cortes. Fuente: Elaboración propia con información de LIWC
Aseveración y negación
En lo que se refiere a las expresiones de aseveración y negación, se identificaron resultados interesantes al agregar género y orientación sexual. Las mujeres homosexuales no utilizaron expresiones de aseveración o negación, mientras que sólo los varones utilizaron expresiones de negación. Observamos un uso diferenciado del lenguaje en función de estas dos variables, si bien el alcance de este uso es imprecisa.
Ilustración 53. Expresiones de aseveración y negación. Fuente: Elaboración propia con información de LIWC
Procesos cognitivos
En lo que refiere a esta categoría, los cuatro subgrupos presentaron diferencias relevantes. Los hombres heterosexuales incluyeron expresiones de causa y certeza en sus textos descriptivos, a diferencia de los hombres homosexuales; por su parte, las mujeres heterosexuales incluyeron expresiones de inhibición (fue el único subgrupo que presentó ese caso), a diferencia de las mujeres homosexuales.
Lo que los datos indican, es que el uso diferenciado del lenguaje escrito da cuenta de una distinta jerarquización de los procesos cognitivos, no necesariamente porque ello ocurra así, sino porque las representaciones socialmente compartidas constriñen la representación escrita de forma diferente, de acuerdo con el género y la orientación sexual del sujeto. Es decir, la identificación exclusiva de expresiones de inhibición por parte de las mujeres heterosexuales (por ejemplo: bloquear, detener, vacilar y sus diversas inflexiones, de acuerdo con el diccionario de LIWC) no puede interpretarse en el sentido de que sólo este subgrupo de facto se inhibe, sino que las creencias compartidas al respecto de este tipo de expresiones tienden a ser más permisivas para este subgrupo.
Expresión de procesos cognitivos por subgrupo. Fuente: Elaboración propia con información de LIWC
Procesos sociales
En el caso de esta categoría, LIWC detectó menciones específicas a los humanos en general y los amigos en particular en los cuatro subgrupos, si bien sólo las mujeres heterosexuales hicieron referencia explícita a la familia, como se aprecia en la gráfica; nuevamente se observa un uso diferenciado de características de acuerdo con el género y la orientación sexual.
Como en el caso de otras categorías, no es posible traducir el dato de forma económica afirmando que sólo las mujeres heterosexuales piensan en la familia. Las limitaciones de la investigación y del método, así como el entendimiento acerca de cómo opera el discurso nos previenen acerca de este error. Resulta más pertinente señalar que en el ámbito de las representaciones, las creencias en torno a la familia se manifiestan de forma más explícita para el caso de las mujeres heterosexuales. Por su parte, los varones homosexuales hacen referencia a la amistad como un atributo de valor para la interacción con otros usuarios de POF.
Expresión de procesos sociales por subgrupo. Fuente: Elaboración propia con información de LIWC
Emociones positivas y negativas
La mayor parte de los textos refieren de manera consistente a emociones positivas. El uso de expresiones negativas fue marginal, si bien puede mencionarse que LIWC no identificó expresiones de emociones negativas para el caso de las mujeres homosexuales.
El uso de expresiones relativas a emociones positivas que representan atributos valiosos (alegrar, alentar, amar, gustar, querer y sus inflexiones, por citar ejemplos del diccionario de LIWC) es esperable en el contexto de POF y el material analizado confirma la expectativa.
Expresiones emotivas por subgrupo. Fuente: Elaboración propia con información de LIWC
Expresiones de temporalidad
En este caso los cuatro subgrupos registraron una alta incidencia de expresiones relativas al presente. Los usuarios homosexuales presentaron una ligera diferencia en sus alusiones al futuro, si bien ésta no resulta significativa.
Expresiones de temporalidad. Fuente: Elaboración propia con información de LIWC
Expresiones relacionadas con el cuerpo
En este caso se identificó una diferencia importante entre hombres y mujeres, siendo ellas quienes recurren más frecuentemente a las referencias corporales en relación a los varones. Esta categoría reviste un especial interés porque hace evidente el uso de expresiones relativas al cuerpo para aludir a rasgos de personalidad del usuario o a atributos de la persona anhelada, por ejemplo: “sangre latina”, “busco a alguien de buen corazón”, “buscando a mi media costilla”.
Expresiones relativas al cuerpo (global). Fuente: Elaboración propia con información de LIWC
Al integrar las variables de género y orientación sexual, observamos algunas diferencias.
Expresiones relativas al cuerpo por subgrupo. Fuente: Elaboración propia con información de LIWC
Las personas heterosexuales utilizan mucho más las alusiones al cuerpo en relación a las heterosexuales, las mujeres heterosexuales lideran a todos los subgrupos y en contraste, LIWC no detectó alusiones al cuerpo en el caso de las mujeres homosexuales. No quisiera aventurar interpretaciones fáciles, si acaso señalar que en el uso diferenciado de la representación escrita se manifiestan las creencias con respecto a cómo debe ser y cómo debe expresarse una persona dependiendo de su género y orientación sexual.
Expresiones relacionadas con la sexualidad
El uso de expresiones relativas a la sexualidad fue marginal. Al incorporar las variables de género y orientación se evidencia que los varones heterosexuales utilizan más referencias a la sexualidad en relación a otros subgrupos, si bien la diferencia es contundente sólo en relación a las mujeres homosexuales (contraste que puede explicarse también por la proporción de este subgrupo en la muestra).
Para explicar lo que ocurre con esta categoría vale la pena señalar que LIWC considera en su diccionario palabras como orgasmo, nalgas, pezón, pene, seno, etc., que difícilmente veremos en la descripción del usuario. El corpus sí incluye expresiones como: “Casado buscando amigo sexual” o “Soy bisexual y me gusta la vida sexosa”, por mencionar algunos ejemplos.
Expresiones relativas a la sexualidad por subgrupo. Fuente: Elaboración propia con información de LIWC
Conclusión
Mi sospecha inicial era que los atributos que se observarían darían cuenta de un espectro de opciones limitadas por el lenguaje, el medio y la cultura. Efectivamente, el espectro resultó limitado y eso facilitó la detección de tendencias.
Si identificaron algunas diferencias relevantes por género, otras por orientación, pero las variaciones más interesantes se hicieron visibles al conjuntar género y orientación. Esa sospecha inicial se verificó solo en parte.
¿Qué dice todo esto de nosotros? Tengo muchas respuestas que se aglutinan en mi cabeza, me dejan absorta durante el día y me impiden dormir por las noches. ¿Qué le dice todo esto a usted, querido lector?
Referencias
Juárez, C. y Paniagua, K. KAPA, Sistema de análisis icónico. México, 2013.
Pennebaker, J., Booth, R., Francis, M. «LIWC.» Pennebaker Conglomerates Inc, (2007)2014.
Rose, G. Visual Methodologies. An Introduction to Researching with Visual Materials. Londres: SAGE, 2012.
Sibilia, P. La intimidad como espectáculo. Buenos Aires: FCE, 2008.
Agradecimientos
Fabien Castro, Pablo Gaitán, Carlos Juárez, Vykthor Stark, Carlos Silva, Jonathan Vázquez.
[1] No se consideraron variantes como bi, pan, transexualidad, etc., porque la plataforma no ofrece este tipo de registro.
Karla Paniagua
Licenciada en Comunicación social por la UAM-X, Maestra en Antropología social por el CIESAS y candidata a Doctora en Estudios Transdisciplinarios de la Cultura y Comunicación (ICONOS, 2012).
Cuenta con más de 10 años de experiencia como investigadora, docente y consultora en Semiótica, Análisis discursivo y Antropología visual. Es autora de los libros El documental como crisol. Análisis de tres clásicos para una antropología de la imagen (CIESAS, 2007) y Pobre amor heterosexual (Lenguaraz, 2008). Desde el 2000 publica la columna de análisis del cine “Cinemantropos” (Ichan Tecolotl, CIESAS, México) y sus artículos de investigación y divulgación se han incluido en Cuicuilco, El Universo del Búho, Metapolítica y Tierra Adentro, entre otras revistas.