Parto de un poema creado por Google y DuckDuckGo, en torno a la palabra glitch. NO GENERALICES LOS RESULTADOS, pues están sujetos a la memoria de todo lo que he buscado en otras ocasiones, y por lo tanto, me devuelven un reflejo de mi red cognitiva. A ti que lees, y si realizas la misma actividad, tu máquina —¿en verdad será que las máquinas son nuestras?— te arrojará resultados distintos, o bien, quizá los mismos.
| Lee-escucha-piensa el poema |
DuckDuckGo |
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Created |
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Drama. |
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Introduction. |
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Synonyms for glitch at Thesaurus.com with free online |
¿Qué escuchaste?
¿Cómo suena lo que se tacha?
¿Cómo suena aquéllo que se tiñe de rojo?
La organización de este texto se producirá a partir de las asociaciones lingüísticas que develó un medio digital. Esta computadora, esta máquina tocada por estos dedos que tocan otras carcasas-pieles, que ejecutan variaciones musicales del teclado QWERTY, y que se vincula con quienes habitan a miles de kilómetros, cuestionando las nociones en torno a la presencia/ausencia: carne-dato. Sea esta actividad una forma para entender a la máquina desde su muy peculiar potencial de producción, a través de una asociación «libre». Entonces, que del silencio al que las computadoras nos someten siempre que interactuamos con ellas, surja un canto-paliativo para la atrocidad del mundo.
Cuando ustedes le hayan construido un cuerpo sin
órganos lo habrán emancipado de todos sus
automatismos y habrán hecho recobrar
su auténtica libertad
Antonin Artaud
Al llegar al nivel 255 de Pac-Man, se abre una grieta que parte su mundo en dos. Del lado izquierdo permanece el cosmos que conoce, mientras que del derecho surgen letras y caracteres desconocidos para Pac-Man, para lxs fantasmas-monstruxs, e incluso, para xl humanx que juega. Nadie sabe que no hay salida, ni esperanza. Sólo queda aguardar a que el tiempo termine, y mirar el colapso-desaparición de un universo, pues no es posible completar el nivel. No obstante, la música está intacta, y suena hasta que mueren nuestrxs queridxs héroes.
«Al tener apenas 8 bits, y por ende trabajar el sistema binario, el contador podría almacenar un máximo de 256 valores distintos (entre cero y 255). Cuando el juego llegaba al nivel 256, el valor volvía a cero… provocando una anomalía matemática del tipo «0-1 = 255». Este «desbordamiento» de la memoria traía como consecuencia que la rutina de dibujo del tablero combinara datos como si fueran gráficos.» (Atariteca, 2013)
| La rutina se rompe, la memoria se desborda |
Disfunciones pequeñas, problemas pequeños. Vivimos en este mundo donde el tamaño de los dispositivos digitales disminuye, a la par que el espacio vital en las ciudades, en el transporte público, en las nuevas construcciones-casas-habitaciones-oficinas-huevos. Se empequeñece la dimensión brutal de los acontecimientos sociales atroces y quedamos, como Pac-Man, atrapadxs en una rutina sin solución, y que se destruirá a sí misma.
| Pac-Man devora puntos-pastillas, nosotrxs datos |
¿Has notado que la gente le sonríe más a sus celulares que a las personas que les rodean? ¿Has notado que la saturación en el transporte público se combate mirando imágenes en movimiento, transmitidas por pantallas diminutas, o por televisores?
| Lxs fantasmas-monstruxs de lo corporativo nos persiguen |
El espacio se empequeñece, y también la memoria, la afectividad, la escucha. La amplitud de un espacio, físico o virtual, se convertirán en un privilegio disponible para quienes puedan pagarlo. <— insecto BUG hug incesto —
«El Mark III, [en] 1944, sufrió un fallo en un relé electromagnético. […] se encontró una polilla (bug) que provocó que el relé quedase abierto. Grace Murray Hopper, licenciada en física y destacada matemática que trabajó como programadora en el Mark II, pegó el insecto con cinta adhesiva en la bitácor. / Este incidente es erróneamente referido como el origen de la utilización del término inglés bug ('bicho') para indicar un problema en un aparato o sistema. En realidad, el término bug ya formaba parte del idioma inglés, al menos desde que Thomas Alva Edison lo utilizó en 1889 refiriéndose a interferencias y mal funcionamiento.» (Wikipedia, 2018)
Una pequeña alteración-intrusx tiene poder suficiente como para desatar la desarticulación total de un sistema, independientemente de su tamaño. Este diminuto insecto, bajo cuyo proceso de alimentación convierte en polvo a todo aquéllo que le apetece y que devora. No olvidemos a esta polilla-heroína-involuntaria, a quien ni el pensamiento altamente predictivo y controlado de la matemática-física-ingeniería, detuvieron. Ella buscaba un hogar, y produjo una revolución-caos, o bien, al menos una pregunta que aturdió a mentes brillantes. Sin embargo, nuestra heroína, así como Pac-Man y sus fantasmas-monstruxs, muere. Después la aislaron y la pegaron a una bitácora-féretro, a una memoria científica que ahora sabrá desconfiar de lo minúsculo. Habrá que aprender de tal suceso, y devenir pequeña interferencia, aunque sea fatal el destino que nos vislumbre. Edison fue enemigo de las interferencias, y a la vez, enorme obstáculo para quienes buscaban desarrollar dispositivos alternativos a los suyos. La primera vez que se utilizó la palabra glitch, fue para referirse a una interferencia durante un viaje espacial.
El primer encuentro con el glitch suele ser dramático. Durante alguna transmisión de datos en el mundo digital, algo de repente no se mira bien, no se escucha bien. No hay nada que puedas hacer para repararlo, sino confiar en tu dispositivo y en quienes lo desarrollaron. Si no percibes un cambio en un tiempo considerable, tomarás una decisión drástica, cuyo final es trágico: apagar el dispositivo, matarlo, y después verificar si revive una vez más. Las computadoras, y demás aparatos digitales, reproducen nuestro deseo de resucitar a quienes nos transmiten información que apreciamos. Nuestro encuentro con el glitch es un pequeño y tierno entrever a la muerte, al descontrol, al caos, a la libertad.
Etimología alternativa de la palabra «libertad»: «emparentada con la palabra griega λίπτω ('lípto', 'desear') de raíz λιφ- 'liph-', o como en sánscrito 'lub-dhas' ('deseoso') de raíz indoeuropea *leubh- ('desear'). De este modo estaría relacionada con las palabras latinas 'libet' ('place, apetece', usado impersonalmente) y 'libido' ('deseo, ganas') y con la raiz germánica '*leuba' de donde proviene aquella en alemán moderno 'lieb' ('querido/a') y 'Liebe' ('amor') o en inglés moderno 'love' ('amar / amor'). (Guillermo, 2006)
El glitch es una tragedia que gusta visualmente al mundo empresarial. Sus colores vistosos encantan a la mirada, aunque sean grietas que se abrieron en un mundo de bits; son un desgarre por donde se filtra la materialidad de un objeto. La masacre nos fascina; la reproducen en el arte visual, en el sonido, en la producción de ropa. La estetización de lo trágico, de lo brutal. Miramos-escuchamos la «carne viva» de lo digital, y le admiramos, le deseamos. Hay demasiados tutoriales explicando cómo producir errores-desgarres-espasmos en imágenes y en sonidos: destazar, cortar, copiar, pegar, jugar con el código hasta convertirse en otra cosa. ¿Y luego? Sonreír ante nuestros resultados, experimentar alegría a partir de las tragedias.
Ese placer dura poco. El glitch tiene vida corta, aunque poderosa. Es un máximo de placer en un tiempo mínimo, pues luego necesitamos algo más intenso, algo más arriesgado. No jugar solamente a modificar imágenes con Audacity, o bien, a escuchar el sonido de otros formatos de archivo interpretados por dicho software. Queremos más:
«La ausencia de daños visibles en un equipo, podría interpretarse como que ha sido inmune> a transientes, sin embargo, a pesar de seguir operando [...], podría haber una disminución en el rendimiento […] muy común en equipos electrónicos sensibles. / Los transientes de sobrevoltaje […]: interrupciones [...], degradación [...], daños [...], y tiempo muerto, el mayor costo de cualquier negocio, traducido en pérdida de operación, pérdida de producto, horas extras del personal, retrasos a clientes, y pérdida de ventas. Algunos de los efectos en los circuitos integrados [...]:
El glitch como evento que provoca ganancias a empresas lucrativas-desleales —Disney, y otras tantas–, y a su vez, haciéndoles perder dinero. El glitch es el asesino del tiempo, y produce sobrevoltaje a la memoria: «México lindo y querido, si muero lejos de ti...». Además del ambiente corporativo, se encuentra la apropiación del glitch por parte de las artes contemporáneas. ¿Cuál es el papel del bug en esos espacios? Aproximarnos a la materialidad de los objetos para mostrar parte de lo siniestro que les compaña, exhibir un desorden que ciertos gremios artísticos consideran bello, y que coinciden en considerarlo una subversión-disrupción.
Sin embargo, todo aquéllo que el glitch corrompe-desestabiliza, siempre tiene la posibilidad de corregirse a sí mismo. Ya sea la computadora casera, o el enorme y asqueroso sistema corporativo, presentan la capacidad de auto-vigilarse y de corregir toda desviación posible, e incluso, hacer de ella una posibilidad de ganancias, o un modelo de negocios. En sentido estricto, lo que vemos-escuchamos en una presentación artística con glitch, es todo lo que una computadora logró corregir del proceso de alteración, es el eficaz funcionamiento de una máquina para corregir cierto nivel de error al interior de sus procesos: es un residuo o un guiño hacia lo potencialmente disfuncional.
Apelando al absurdo, las exposiciones de arte glitch, sólo deberian mostrar la siguiente pantalla –dependiendo del sistema operativo que se maneje–:
«[Quienes] protagonizan el glitch, son una fracción de especialistas culturalmente privilegiados/as, [pues suelen ser] personas con grados académicos en humanidades, en tecnología musical o en diseño sonoro, y comprometidas con la innovación o con la autonomía. [...] El público del glitch, se conforma a partir de un grupo igualmente restrictivo, pues pertenecen a una juventud educada-tecnofila, y aficionada a la música culta experimental. [Sus] sitios web clave, les sirven como medios semi-públicos que diseminan sus proyectos e ideas relacionadas con el glitch, y [en los cuales], un público más amplio y más grande, es menos importante que sus cualidades sociales, idea que produce la creencia de una total libertad creativa. [...] El que una de los sellos discográficos más renombrados del glitch se llame Mille Plateaux, en honor a la obra de Deleuze y Guattari, es una clara señal de las homologías producidas por un capital educativo-cultural. [...] En el glitch, podemos mapear con facilidad cómo las jerarquías del capital se corresponden con las distintas elecciones y uso que se hacen en torno de tecnologías particulares, por ejemplo, la predilección por ciertas aplicaciones de software. Se sigue una lógica cuyo dictamen es que, entre más popular sea una aplicación, habrá de ser adoptada con menos buena fe por la vanguardia. También, podemos examinar cómo sus técnicas de autorización subrayan prácticas disposicionales de consumo y de investiduras estéticas: ¿Alguien que hace música utiliza muestras de CD's producidos para las masas, o bien, genera su propio material de audio de acuerdo al nicho? ¿Utiliza sonidos predeterminados disponibles en las aplicaciones de un software, o programa sus propios sonidos y patches? ¿Utiliza una Mac –la sine qua non de lo «culturalmente iluminado»– o una PC?» (Nick Prior, 2008: 308-309, 313)
No hemos de romantizar a ninguna comunidad. Ni siquiera a aquéllas a las que pertenecemos. Siempre habrá una tensión, un conflicto, contradicciones. Nick Prior escribió lo anterior hace 10 años. ¿Qué será hoy de la comunidad glitch? ¿Aún existe? Quizá en México jamás se conformó, sino que el glitch se incorporó como un gesto u objeto estético que se miraba/escuchaba interesante. Hoy día, aún me interesa el glitch debido a que invita a traer todo lo que habita en el fondo –fracaso, caos, desorden, grito, ronquido, inconsciente–, hacia el primer plano de la percepción audiovisual. O bien, porque se utiliza a la tecnología con un objetivo, y se obtiene un resultado inesperado, es decir, el glitch toma como punto de partida a la ignorancia de cada quien. Dicho acto aloja una invitación a reconfigurarse desde todo lo que hemos rechazado de nosotrxs, de quienes nos rodean, y del mundo.
Dedicado a los estudiantes indígenas
de todos los pueblos. Pero también,
a todos los que, sin ser indígenas,
saben en su corazón,
que es necesario construir otro camino.
José Ángel Quintero Weir
El glitch no sólo abarca al uso de tal o cual software, sino también una búsqueda estética-amorosa-comunal en todo lo rechazado por la cultura dominante en el audio digital. ¿Molesta el ruido, la distorsión, la baja calidad, el feedback, el pequeño click, el desfase, la latencia, el aliasing? Entonces, ¡que vengan al frente! ¡Pongamos nuestra sensibilidad-amor-cuerpo en todo lo rechazado por la cultura dominante, y en lo que ha olvidado y despreciado! Hay que abrir una grieta en todo lo que llevamos interiorizado de dicha cultura: autoritarismo, pretendida razón-verdad, egoísmo, competitividad diplomática. La grieta es terrorífica, y a su vez, atrae con sutiles fuerzas a la mirada, a la escucha, al tacto, al olfato, al gusto. El glitch triunfa al fracasar.
La palabra «grieta», etimológicamente crepta –crujir-rechinar-crepitar–, refiere «al ruido que hace al producirse.» (Helena, 2018)
[...] no
las palabras
no hacen el amor
hacen la ausencia
si digo agua ¿beberé?
si digo pan ¿comeré?
Alejandra Pizarnik
Oh, yu dont spik inglish veri güel, nider ay. Juat a terrrrrrribbl prrrroblem! Most of di tutorials for duing glitch arrrr in inglish. Juat wi most du? Olso, di sofgüer tu meik electrónic miusic arrrrr in anoder langüishes; mostli Inglish, sinzzzz güi dont rrrrrili quer abaut yu or yur artistic posibilitis. Meibi yu can checar di fologüin enlaces:
Hay un concierto-muestra de glitch audiovisual. De repente, quien se presentará desea el proyector con la calidad más alta, para que los colores brillantes de sus imágenes se miren espectaculares; también, para su audio, desea la máxima calidad posible. Durante su performance, de súbito se apaga su computadora debido a una sobrecarga. Le miraremos al borde de la desesperación intentando que su computadora reaccione, que vuelva a la vida, pues su representación debe terminar como estaba planeada. Quizá aún no llegaba el clímax. Como simulacro, el glitch es aceptado.
Era de mis primeras veces con una Zoom H15 en las manos-orejas. Recorría la Feria del Mole junto con mi familia. Hice largas grabaciones de paisaje sonoro. Presioné el botón para que los archivos se guardaran en la microSD. La grabadora se pasmó en el loop que indica el proceso de almacenaje. Desesperación. Apagar la máquina. Al encenderla de nuevo, un mensaje: «no Card». Hueco en el estómago. Llego a casa. Guardo la tarjeta en cualquier lado. Un día aparece: retorno de lo reprimido. La reviso. No suena. De repente, uno de los archivos se abre:
https://neuralxolotl.bandcamp.com/track/micro-sd-card-glitched-feria-del-mole-soundscape-paisaje-sonoro-de-la-feria-del-mole-glitcheado-con-la-tarjeta-micro-sdHe ahí la composición hecha por una máquina agonizante. Posee tantos matices: una organización de sonidos en el tiempo con cortes abruptos –interferencias que odiaría el obstáculo-Edison–. Reorganizó mi memoria sonora: hay tanta ternura cuando se encuentran atisbos de esperanza en algo destazado, cuando el ruido de fondo posee todo lo que más hemos amado. De súbito, un vacío-silencio, y se reanuda la lucha de ciertos datos por sobrevivir a la masacre. ¿Es esto la vida después de la muerte? ¿Es lo que denominamos «más allá»? ¿Por qué no devenir datos y aspirar a ser inmortales? ¿Será esto lo que se producirá en nuestro cerebro cuando se apaga: las voces de quienes amamos, o bien, de aquéllos rituales que nos llenaron de felicidad, y cuyos restos arrojamos a un lugar arrumbado en la memoria? La máquina se repone ante los fallos inesperados para salvar lo máximo posible. Una escucha estéticamente inclinada, percibe en esa devastación un canto, una esperanza, una forma de vida que de otro modo permanecería sepultada-reprimida. ¿Por qué hemos de forzarnos a creer en un más allá que aloje a nuestros cuerpos tal y como los percibimos en este plano?
| lo impredecible, lo desconocido |
Australia | México | |
---|---|---|
Población total (2016) | 24.13 millones | 127.5 millones |
Casos de VIH (2016) | 25,000 | 220,000 |
Tratamiento antirretroviral | 20,000 | 141,000 |
Posdata: «Una enfermedad autoinmune [es] causada por el sistema inmunitario, que ataca las células del propio organismo. [...] Se convierte en el agresor y ataca y destruye a los propios órganos y tejidos corporales sanos, en vez de protegerlos. Existe una respuesta inmunitaria exagerada contra sustancias y tejidos que normalmente están presentes en el cuerpo.» (Wikipedia, 2018)
Otrxs glitch
| epilepsia parkinson demencia ansiedad |
| ejército policía gobierno familia |
| abuso abuso abuso abuso |
| protección protección protección protección |
En el idioma inglés, la palabra «glitch» suele vincularse con «corrupted». Sin embargo, la etimología de «glitch» refiere tanto a una voz del yídis, cuyo significado es «lugar resbaladizo», así como al término «glitshn», que referencia a «deslizarse». Corrupción y desliz unidos. La policía-gobierno-población es corrupta, y el dinero se desliza. Ambas cosas desean huir de la mirada pública, excepto en el mundo artístico. «Corrupción», etimológicamente, es «pudrirse-dañarse-sobornarse-pervertirse-quebrarse-partirse-hacerse.pedazos-hacerse.estallar juntos/as»
( href="http://etimologias.dechile.net/?corrupcio.n">http://etimologias.dechile.net/?corrupcio.n, 2018).
| corrupCOIN corrupCOIN corrupCOIN |
«La organización no gubernamental Transparencia Internacional, publica desde 1995 el índice de percepción de la corrupción que mide, en una escala de cero (percepción de muy corrupto) a cien (percepción de ausencia de corrupción), los niveles de percepción de corrupción en el sector público [...] se basa en diversas encuestas a expertos y empresas. La organización define la corrupción como ‘el abuso del poder encomendado para beneficio
Las tonalidades azules indican un menor índice de corrupción; las rojas-cafés, mayor. Mapa de 2015. Curiosidad: el mayor desarrollo de la música y el arte glitch, han ocurrido en países no-americanos con índices de alta transparencia, cuya mayoría, continúan explotando y colonizando a otros países de mayor corrupción, y menor «desarrollo». El mapa tiene una zona gris-glitch-desliz al norte, un lugar llamado Groenlandia.
«Groenlandia (en groenlandés: Kalaallit Nunaat (Tierra de los Kalaallit) en danés: Grønland ("Tierra verde")) [está] políticamente constituida como una región autónoma perteneciente al Reino de Dinamarca. [...] 77% de su superficie está cubierta de hielo [...] En 1979, Dinamarca le otorga la autonomí y, en 2008, transfiere la mayor parte de las competencias que tenía el gobierno danés al gobierno local groenlandés. [...] y dejó para Dinamarca las competencias de asuntos exteriores, seguridad y política financiera. [...] Según un censo de 2010, Groenlandia tiene la tasa de suicidios más alta del mundo. Otros problemas sociales importantes [...] son las altas tasas de desempleo, alcoholismo y VIH/SIDA.» (Wikipedia, 2018)
Un glitch es un pequeño estallido de disfunción. ¿Qué es funcionar, sino seguir el deseo de otras entidades? El glitch se resiste momentáneamente a seguir todo deseo de orden y profilaxis. Allí donde el saber de una entidad se impone sobre otra, el glitch es un intento por zafarse de un autoritarismo que depreda. Es anti-bélico. Ojalá apareciera en todas las máquinas que se someten a los deseos sádicos de un ejército, o bien, que detuviera el flujo de la distribución desigual de la riqueza. No puede hacer tanto, pues es sólo una chasquido, un espanto que los países desarrollados dejan que se reproduzca sin control en las naciones que colonizaron con lujo de violencia. En esos mismos países, el glitch se convirtió en una forma de arte, mientras extraen sin piedad de las colonias todo lo que pueden.
Y cómo la Muerte es aquel remedio que todos los cantantes sueñan, cantan, recuerdan, profetizan, como en el Himno Hebreo o en Libro Budista de las Respuestas – y mi propia imaginación de una hoja marchita – al alba –
Volviendo a soñar la vida, Tu tiempo – y el mío acelerando hacia el Apocalipsis,
el momento final – la flor ardiendo en el Día – y lo que viene después [...]
Nada más que decir, y nada que llorar excepto los Seres del Sueño, atrapados en su desaparición
Allen Ginsberg
| https://duckduckgo.com/?q=glitch&t=hh&iax=images&ia=images |
| https://duckduckgo.com/?q=glitch+music&t=hh&ia=web |
No es posible negar lo amistoso-vistoso del glitch. No es tétrico, ni obscuro; de ahí que el mainstream lo haya tomado con tanta facilidad. Sus sonidos también son lindos, e introducen frescura a los ritmos electrónicos bailables. Esos momentos pequeños de inestabilidad, dotan de comicidad a la interfaz usuarix-computadora.
Al trabajar con el glitch se hace amistad, simbólicamente, con lo excluido, lo «marginal», la periferia, lo que no desea mostrarse, lo que se rebela a la calidad. Los productos de ese encuentro se estetizan y se integran en los modelos «normalizados». El arte y la música glitch contienen elementos accesibles, aunque su origen fue lo inaccesible. Al ser una re-escritura/re-apertura de un archivo en un software, muestra elementos que permanecían en el umbral de lo imperceptible, lo molesto y lo ignorado. Los pequeños glitches suelen ser estallidos de color o sonido, cuya pequeñez produce ternura y desconcierto; son un terror minúsculo. Si se juntaran todos esos horrores-anomalías, o bien, si ocurrieran a gran escala, llevarían a una devastación completa del sistema.
Un deseo de aquí
una memoria de allá
Alejandra Pizarnik
El glitch invita a crear lazos de amistad con lo que está fuera de nuestra percepción, con todo lo que no escuchamos-vemos-olemos-tocamos-probamos. Es un encuentro, también, con todo lo que hemos exotizado. Es, en suma, un vínculo amistoso con lo reprimido-oprimido, y una lucha a favor de no olvidar que estamos frente a un código que podemos convertir en cualquier objeto que deseemos. El glitch es un recuerdo constante de que incluso la tecnología-sistema que parezca más organizada, impenetrable y poderosa, tiene pequeñas grietas-glitch-deslices desde donde es posible, si bien no desarticularla, sí hacer que muestren el fondo de su programación, su crudeza.
¿Qué tapa de sí misma la tecnología-sistema-calidad?
¿Qué no desea que percibamos?
¿Hemos de conformarnos con utilizar un dispositivo-software para lo que se ha dicho que es? Hay que glitchear a todos los tribunales que nos habitan, hay que dejarlos padecer esos pequeños picos de inestabilidad, y hay que mirar en esos abismos conmovedores que se abren, hasta el punto de convertirnos en un vacío, pues es a esa nada a donde el glitch desea llevarnos.
[...] El deseo de morir es rey.
Que tu cuerpo sea siempre
un amado espacio de revelaciones.
Alejandra Pizarnik
¿Podría existir mejor nombre que Glitché para una app que permite la creación de gestos glitch? Convertir a esos pequeños impulsos en un mero objeto, habla de las formas que tienen los modelos de negocios para lucrar incluso con aquéllo que los desestabiliza. Al comportarse de forma controlada, el glitch se convierte en un objeto del mercado. Kanye West o Madonna han utilizado tales gestos.
En los sitios dedicados al arte glitch, se produce un tremendo aburrimiento, pues la visualidad tiende a volverse casi idéntica. También, tenemos los efectos audiovisuales que simulan al glitch, desde donde también se vuelve un simple objeto llamativo que ha perdido toda posibilidad de corromper. Se ha olvidado que el glitch no es un resultado, sino un proceso. Así, los mecanismos repetitivos hacen que el glitch re-invite a la producción casera desde la ignorancia, búsqueda desde donde resucitará la curiosidad y el interés de lxs usuarixs.
Para movernos hacia una propuesta glitch:
el fracaso,
lo fallido,
no saber,
la ignorancia,
la exploración de objetos que desconocemos.
¿Quién desea esto en nuestra época de nauseabunda higiene y profilaxis exagerada?
Mantener vivo el deseo por
lo desorganizado,
la fragmentación,
lo inhóspito,
la desobediencia,
lo mugroso,
lo sucio.
| El glitch debe salir del mundo virtual-digital-post.digital hacia el mundo cuerpo-carne |
Torben Sangild, se atreve a imaginar una taxonomía del glitch:
GLITCH CONCEPTUAL –
Produce una declaración más allá de lo estético al incluir en las obras temas políticos, o bien, en contra de
alguna práctica social; se vincula fuertemente con la instalación sonora.
GLITCH OCEÁNICO –
Trabaja una propuesta rica y «cálida» en armónicos,
o con pocos elementos que produzcan «deliciosas» melodías.
CHASQUIDOS MÍNIMOS (MINIMAL CLICKS) –
Crea obras minimalistas con impulsos, ondas simples, ruidos y transducciones, a veces casi
inaudibles y aludiendo, por momentos, a cierta musicalidad.
¿Qué importa si lo que hacemos es un cliché? Lo trascendental del glitch es que nos coloque frente a lo no-percibido de un archivo digital, o bien, que nos invite a la reconfiguración de sus códigos más profundos. Andemos hacia la transfiguración: contra toda id-entidad, las trans-entidades. Charlando con Maider Elortegui, investigadora social, comentó que en siglos futuros, se burlarán de cómo a principios del siglo XXI todavía creíamos en los conceptos mujer-hombre, de forma similar a nuestra burla-sorpresa-indignación sobre los antiguos tratamientos médico-odontológicos para el dolor.
| El presente es la broma del futuro, y todo orden, es el bufón del glitch |
Jenny Sundén escribió algo que apunta hacia tales horizontes:
| http://firstmonday.org/ojs/index.php/fm/article/view/5895/4416 |
¿Dónde está el Noé de estos tiempos? Ése que ha de construir la Nueva Barca para salvarnos de las enfermedades, del incendio, de la tormenta. ¿Dónde creará un refugio para escondernos? Ya lo único que queda es huir de los hombres.
Guadalupe Galván
El glitch, para nacer, siguió un camino distinto respecto de las cosas que aparecen en los entornos digitales. A diferencia de las apps que emulan instrumentos musicales del mundo físico, el glitch es una suerte de instrumento que no se asemeja a ninguno que exista en nuestro mundo-carne, sino que ha surgido desde las computadoras en sí mismas. Es similar a cuando hoy escuchamos a la gente haciendo beat-box, pues son sonidos que surgieron en el entorno digital, y después la imaginación-cuerpo halló la forma de producirlos carnalmente. El glitch es un avance hacia la fusión máquina-humanidad. Como lo dijera Paul Berg:
«para escuchar lo que sin la computadora no podría ser escuchado;
para pensar lo que sin la computadora no podría ser pensado;
para aprender lo que sin la computadora no podría ser aprendido.»
Hay, actualmente, arquitectura en el espacio público inspirada por el glitch. Salir del entorno digital, para existir más allá de una pantalla y un mundo binario de datos-silicona, es una idea que no sólo inspira a diversas disciplinas artísticas.
«El término ‘tumor’ se aplicó a cualquier bulto en el cuerpo, a menudo debido a inflamación. [...] tumor se ha convertido en sinónimo exclusivo de neoplasia. [...] en sentido literal ‘nuevo crecimiento’, aunque este nuevo crecimiento en algún tejido del organismo se comporta en realidad de manera autónoma, porque desatiende a las instrucciones habituales que el cuerpo le impone./ Cáncer es la forma en que se designa a todos los tumores que tienen un comportamiento maligno. [...] Se cree que la alusión a la enfermedad deriva del latín, por ‘cangrejo’ [...] Galeno, [...] ya describía al cáncer como ‘un tumor que se extiende por los lados mediante unas prolongaciones que invaden los tejidos adyacentes; esto se parece a las patas de un cangrejo.’/ Los cangrejos pueden regenerar sus pinzas o cualquiera de sus patas si las pierden o se encuentran muy dañadas. En ocasiones, pueden llegar a cortarse a sí mismos una extremidad para zafarse de un depredador. Como los cangrejos, el cáncer puede volver a regenerarse si sólo se logró un efecto parcial o temporal con el tratamiento. Una estrategia de combate más acabada deberá agredir al cangrejo en varios frentes, maniatarlo, arrancarle todas las patas al mismo tiempo. Aunque posea una innata capacidad para regenerarse, tal vez así morirá antes de hambre.» (Modificado de “El desafío del cangrejo – Avances en el conocimiento, prevención y tratamiento del cáncer”. Autor: Daniel F. Alonso, Siglo XXI editores Argentina, 2002)
| orfandad |
Nunca supimos... Es aterrador cuando lo piensas:
¿cuánto de nosotros está allá afuera?
Deborah Lacks, hija de Henrietta Lacks, hablando con la BBC en 1997
«Todo empezó con la llegada de una afroestadounidense pobre a un hospital de EE.UU. [...] A 10 kilómetros [...] estaba el laboratorio del doctor George Gey, cuya ambición era librar al mundo del cáncer. [...] ‘Cuando examiné el cérvix me sorprendí pues no era un tumor normal.’ [...] El tumor no respondió bien al tratamiento y Henrietta Lacks murió de cáncer cervical en octubre de 1951 [...] tenía apenas 31 años./ Su familia la enterró cerca de las ruinas de la casa donde nació./ Y la ciencia la olvidó./ Las células de parte de su tumor fueron retenidas en la unidad de cáncer del hospital pues Gey había descubierto que éstas podían cultivarse en el laboratorio indefinidamente./ Hasta les dio un nombre: la línea celular HeLa./ Han ganado billones de dólares con bienes [...] probados en las células HeLa./ Todo, sin que la familia de Henrietta Lacks lo supiera./ ‘En los años 40 y 50 se consideraba a los tumores o tejidos que se retiraban en una operación como 'abandonados', así que no era claro que era necesario pedir permiso para usarlo en investigación./ 'Científicxs les dijeron a lxs capitalistas: 'tenemos una tecnología que nos permitirá curar el cáncer'. [...] Eso favoreció a la industria de la biotecnología’, explicó Kirk Raab, presidente de Genentech entre 1985 y 1995./ ‘Si fuera posible vencer el cáncer, sería el mercado más grande del mundo. Recuerda, ante el cáncer, todos lxs humanxs son iguales. Casi no hay otro producto, aparte de las balas, que acabe con toda la gente equitativamente’./ Como resultado de la campaña de su familia, Henrietta Lacks se convirtió en una heroína científica.» (Redacción BBC, 2017)
«Grupo Oncoclínicas y Microsoft se unirán en un proyecto que utilizará la inteligencia artificial (IA) para promover avances en el tratamiento del cáncer, lo cual incrementará la eficacia de los planes para combatir la enfermedad y brindará una mejor calidad de vida a lxs pacientes.» ( Federico Rodríguez, 2017 )
En 2014, James Hoff lanzó su álbum «Blaster». Para crear su material sonoro, el artista usa el código fuente de varios virus informáticos, como mediador de su proceso creativo. (Ableton, 2015) Andrew Brooks, en 2015, escribió el artículo «Glitch/Failure: Constructing a Queer Politics of Listening», en donde postula al glitch como un proceso que ayuda a imaginar nuevas formas de producción del saber, así como a teorizar sobre lo político alrededor de las minorías.
«Las [células normales] forman un ejército, combativo, pero de escasa resistencia, con la espada de Damocles de un futuro hipotecado por la erosión y la destrucción inevitables. [...] Las células cancerígenas son bárbaras, individualistas, primitivas, dotadas de un instinto de reproducción inagotable: de ahí su vocación de perdurabilidad. Y además funcionan de manera absolutamente insolidaria, cada cual hace la guerra por su cuenta, en contraste con la solidaridad armoniosa que registran las células normales. [...] La célula benigna es una célula condenada, mientras que la maligna tiene ante sí el infinito de la vida. [...] Pero no hay que hacerse ilusiones: mientras no se averigüe cuál es el mecanismo exacto por el que las células tumorales se multiplican vertiginosamente, no podrá detenerse de raíz su progresión invasora y el cuerpo humano siempre será [...] una víctima propiciatoria. La otra incógnita también queda en suspenso: ¿cuál es el mecanismo de reproducción del mal?» ( José Antonio Gabriel y Galan, 1985 )
El hombre está enfermo porque está mal construido.
Antonin Artaud
Interrumpir es una falta de respeto. Siempre hay alguien vigilando el flujo continuo de la información. Ser intermitente es condenado por quienes creen en la constancia.
Lo interdisciplinario aún produce comezones epistemológicas.
La medicina obliga a quienes nacen intersexuales, a convertirse solamente en hombres o en mujeres.
Inter es la persona que sexualmente disfruta tanto del rol «activo» (quien penetra), como del «pasivo» (quien recibe la penetración). En la escucha, curiosamente, existen también la escucha «activa» y «pasiva». La primera es considerada superior a la segunda, igual que en el sexo.
Se puede pensar en la especie humana como una intermitencia, cuyo elegante nombre científico es neotenia: «(del griego neo-, ‘joven’, y teinein, ‘extenderse’) es uno de los procesos de heterocronía que se caracteriza por la conservación del estado juvenil en el organismo adulto [...], debido a un retraso pronunciado del ritmo de desarrollo corporal en relación con el desarrollo de las células germinales y órganos reproductores.» ( Wikipedia, 2018 )
Una de las imágenes lacanianas del inconsciente, es aquélla que remite a un limbo lleno de larvas; otra, freudiana, es un vestíbulo donde pululan los afectos.
«El ajolote —vertebrado con la capacidad de regenerarse por sí mismo— cuenta con un genoma de 32 mil millones de pares de bases de ADN […]. Al descifrar toda su secuencia existe la posibilidad de que lxs científicxs comprendan procesos moleculares que potencialmente sean empleados en medicina regenerativa, y para tratar afecciones asociadas al cáncer y también al envejecimiento.» ( Michel Olguín Lacunza y Diana Rojas García, 2016 )
El ajolote es una intermitencia entre la larva y la salamandra, entre lo infantil y lo maduro, entre la vida y la muerte.
El glitch visualiza-sonifica los procesos de regeneración computacional. Ante un fallo, una tragedia, o cualquier agente que desee destruir el código, las computadoras tienen el poder de recuperarse, y de ofrecernos un mundo audiovisual no contemplado anteriormente. Es un proceso de hibridación entre la materialidad pura, y la ficción que los archivos digitales colocan sobre nuestra sensibilidad.
El glitch es un accidente-tragedia sin víctimas. Es un estado límbico; Henrietta «vive» bajo la forma de un tumor cancerígeno. El glitch no es disruptivo ni obediente, no es la resistencia-revolución ni el capitalismo, no es la liberación ni la esclavitud, no es un objeto ni un evento, no es un estado larvario ni una entidad por completo desarrollada, no es lo underground ni lo mainstream. Es una gran-hermosa-vacuidad-intermitencia.
Cuando llevé a imprimir mi tesis de maestría, cuyo tema abarcó al cruce entre el paisaje sonoro y el glitch, sucedió lo siguiente (personal de la imprenta=PI; yo=Y):
Pi: Joven, fíjese que el archivo que nos trajo está dañado. Tenía unas imágenes que se veían mal, pero no se preocupe, ya estamos buscando cómo arreglarlas.
Y: ¡No, espere!
PI: Es que mire, se ven muy feas, pero ya le hablé a un primo que sabe arreglarlo.
Y: Es que de eso se trata mi tesis.
PI: …
Y: Lo que pasa es que esa imágenes así van. Quizá se ven feas, pero es lo que investigué.
PI: O sea, ¿se trata de hacer imágenes que se vean feas?
El glitch aún contiene su gesto disruptivo allí en donde no se ha presentado del todo, y por eso hay que mostrar su proceso a la mayor cantidad de gente posible. Pone sobre la mesa el tema de la diversidad, de lo ambiguo, de lo tembloroso, de la duda, de lo inesperado, tan necesarios en este mundo que tiende hacia la intolerancia, la certeza, o la homogeneización cognitivo-afectiva.
El terror minúsculo del glitch nos ofrece un punto de partida-fuga hacia un mundo en donde la corrupción se entenderá más como un rompimiento mutuo para percibir nuevos caminos, que como un acto de cohecho. Que el glitch se convierta en la falla que apela a la reconstrucción, a la corrupción de aquello que hemos de quebrar para liberarnos, sin devastar todo por completo.
¿Y qué fue de la música glitch? Fue el germen que nos ayudó a vislumbrar el futuro, a saber, un mundo donde la disrupción fue tomada por grupos empresariales para explicar su expansión- creatividad, uno donde el capitalismo-neoliberalismo ha logrado integrar a sus lógicas devastadores cualquier fallo, uno donde el género-sexualidad alegremente se difumina en infinidad de matices, uno donde las personas olvidadas por los sistemas dominantes toman la palabra, uno donde los elementos nacidos en lo virtual toman el mundo para ayudar a las enfermedades del cuerpo, uno donde encontraremos comodidad al borde de las disfunciones, de nuestra ruptura-corrupción, una donde toda interrupción se convierta en un acto de alegría- amor-ternura.
«Una bonita historia de amor entre dos bots de arte glitch para Twitter
¿Pueden los bots para Twitter enamorarse?» (Beckett Mufson, 2014)
Las redes sociales se volvieron aburridas al convertirse en imagen y semejanza del mundo «real». Sin embargo, siempre habrá un glitch detrás de todo orden asfixiante y del pequeño mundo al que nos han sometido. ¿Quién quisiera vivir en un mundo de colores crudos, datos desordenados, y sonidos molestos? ¿Quién prefiere el orden, la limpieza y la claridad?
Ahora que la Internet es una imagen fiel del mundo-carne, dado que crea fronteras, límites, censuras, vigilancia, es necesario pensar al glitch como un elemento que aún pone de manifiesto la ilusión que es la tecnología computacional telemática. Aunque la presencia del glitch es cada vez menor, su fantasma aún recorre al mundo-orden. Un día, todo dejará de funcionar por un error mínimo. Colapsaremos, y habrá histeria colectiva ante la imposible recuperación de los datos. Sólo unas cuantos objetos volverán de dicha catástrofe, y sobre ellos se montará un nuevo orden inmune al error cometido: más vigilancia. No importa la cantidad de seguridad aplicada, pues el fantasma del glitch seguirá recorriendo el mundo digital.
Hoy día, mientras me alimento en sitios de comida corrida, miro la televisión. El cambio a la transmisión digital produce obras de glitch todo el tiempo, y la gente no se preocupa, ni incomoda. El tiempo que dura la interrupción es corto, y eso calma a las buenas consciencias. Las desarticulaciones fugaces de la imagen y el sonido, parecen no subvertir la percepción. La catástrofe deviene cotidiana y a nadie le interesa, siempre que el dispositivo las muestre como fugaces, impredecibles, y nimias. Tal es el futuro del mundo, representado por cómo se transmite actualmente la información digital.
Hoy comenzamos con un poema producido por una computadora que interactuó con xn humanx. Desde tal discurso, construí un texto a partir del campo lingüístico que actualmente se configura en torno al glitch en la Internet. Usé este concepto-grieta para erigir unas raíces crepitantes que produjeran nuevos caminos del saber, en oposición a las interpretaciones creadas desde la lógica-cimiento-firme de lo verdadero-razonable, basado en la voluntad y la conciencia.
Habíamos estudiado un silbido
para el más allá, una señal de reconocimiento.
Lo ensayo con la esperanza
de que todos estemos muertos sin saberlo.
Eugenio Montale