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Intervenir el mundo a través de la imagen

Entrevista a Milena Pafundi

Por Milena Pafundi  y Yotzin Viacobo Huitrón /

27 feb 2019

Milena Pafundi es artista visual, activista y también comunicadora digital desde hace dieciséis años. Charlamos con ella sobre su desplazamiento desde el cine hacia otros lenguajes visuales, la elección de herramientas, además de las ideas que subyacen en sus prácticas de periodismo y enseñanza. En su trabajo convergen el hackeo y el feminismo, nociones de cuerpo y tecnologías análogas y digitales.

 

Yotzin: ¿Cómo empezaste a concebir al lenguaje audiovisual como una herramienta?

Milena: Estudié cine. Claramente estaba interesada desde muy chica en una representación del mundo y en una mirada a éste desde lo visual, siempre me sentí cómoda desde ahí. En el cine no encontré una forma, ni un lenguaje para poder expresar lo que quería. Eso lo encontré a partir de las visuales en vivo, al empezar a manipular material desde la videocámara, tomar imágenes de la televisión e intervenirlas. Así empecé a entender que eso también era un lenguaje, una herramienta para decir y mostrar. Sobre todo lo entendí con la televisión. Empecé manipulando desde lo analógico y la imagen televisiva, la cual obviamente es una caja de producción de contenido hegemónico, patriarcal. Comencé hackeando la sintonización, las antenas. Ese fue mi primer acercamiento con la imagen y con el hackearla e intervenirla. Súper analógico, ¿no? Lo hacía con una videocámara y la tele con antena en forma de ‘V’.

Empecé a hackear los discursos que salían ahí o los discursos de los políticos era empezar a trastocarlos e intervenirlos de manera que se deformaran y deconstruyeran. Así entendí que hay que romper con los estereotipos y la construcción hegemónica que tenemos de la imagen y del cuerpo y también de las relaciones de poder que hay en el trabajo, en las imágenes o en los simbolismos de la televisión, de la publicidad, lo mismo en  internet. Tenía que tratar de generar otro tipo de mensajes alternativos burlando y diciendo: “Esto hay que romperlo, hay que intervenirlo” y también “hay otras formas de pensar y de mirar el mundo”.

Comencé a intervenir imágenes televisivas, quizá hace dieciséis años no tenía todavía la mirada feminista que tengo ahora. Eso lo fui desarrollando y entendiendo con el tiempo. Aunque lo llevas dentro, el feminismo va creciendo y sus bases y su visión se plantan cada vez más.

Performance en vivo en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, 2016. Imagen cortesía de la artista.

 

Yotzin: ¿Optaste por el VJing en lugar del cine por la diferencia de que el primero es improvisación?

Milena: Lo que me daba el cine era la estructura de trabajo y de producción que requiere un equipo. Empecé a sentirme más cómoda trabajando desde el uso de las herramientas, algo más individual, más personal. Más poético también. Y colectivamente, pero dentro de otra estructura, no ya la del cine. En el cine podemos encontrar formas distintas de producir, pero también requiere mucho más plata, es una industria bastante grande donde no me sentí cómoda. Estaba más cómoda manipulando yo misma las herramientas de trabajo y trabajando en conjunto con compañeras y con compañeros.

Entonces no, el cine no era lo mío. Tiene una estructura patriarcal: desde el director y cómo se maneja todo. Sí hay otras formas al interior, pero por lo general el cine es así: una representación de la estructura, una manipulación y producción del trabajo muy patriarcal y capitalista.

Yotzin: Dentro de las herramientas que mencionabas, ¿podrías hablarnos sobre el uso del cuerpo como herramienta?

Milena: El tema del cuerpo desde la tecnología es muy difícil, lo mismo desde las artes visuales o desde formatos como festivales o instalaciones. Personalmente, poner el cuerpo es más difícil porque siempre estoy atrás de la computadora, ahí me siento bien y está perfecto. Es un desafío para mí poner el cuerpo y sé que a veces hay que ponerlo más. Lo pongo de otra manera a través del activismo, estoy en la calle, hago videoperiodismo. Desde el arte todavía no encuentro la forma de ponerlo y me encantaría porque siento que el cuerpo es otra herramienta, es otro lenguaje tecnológico; desde la sexualidad o desde donde lo quieras mirar. El cuerpo es una forma de estar, una tecnología que todavía hay que explorar mucho y hay que animarse a hacerlo porque somos cuerpos.

Milena manipulando un controlador diseñado por ella misma en una presentación del colectivo Tekhne, del cual formaba parte en 2004.
Imagen cortesía de la artista.

 

Yotzin: Entonces concibes al arte como una herramienta, ¿es así?

Milena: Sí, sí totalmente. A veces dudo pero sí, a veces me enojo con el mundo, con todo. Siento que a veces es muy poquito lo que se logra y se genera pero sí es una herramienta transformadora.

Yotzin: Me gustaría que nos platicaras sobre la idea de “Todas queremos ser técnicas”, con la que propones que la producción está ligada al acceso a las herramientas.

Milena: El acceso a la tecnología es un tema. No todas podemos acceder a la tecnología de la misma manera, al mismo hardware o software o a internet incluso. Nosotras que estamos en este medio asumimos una responsabilidad de llevar otro tipo de prácticas. Estamos en este sistema, en donde el Estado es el responsable de lograr que la gente tenga acceso a la tecnología. Hay que posicionarse en un lugar de exigencia constante de esto.

Quienes trabajamos con la tecnología y estamos haciendo, produciendo, debemos ser conscientes y responsables del privilegio del acceso que tenemos, e intentar lograr que quienes no lo tengan puedan tenerlo a través de distintos tipos de herramientas o formas de producción que son alternativas y económicas. Por ejemplo, el Do It Yourself o el software libre, existen un montón de herramientas que pueden abrir el acceso a la tecnología. Tenemos que tener mucha consciencia y responsabilidad al respecto, sobre todo entender que no todo el mundo accede a la tecnología de la misma manera y que incluso otros ni siquiera tienen acceso a ella, a pesar de que son herramientas actuales de las que todo mundo habla.

Uno de los espacios para hacerlo es el sistema educativo. Habría que hacer un seguimiento de la implementación de las TICs en todas las escuelas, sean rurales o no. También el CCD o cualquier espacio que trabaje con tecnología tiene esa responsabilidad interseccional de hacer que la tecnología llegue, que el acceso sea para todas y todos de una manera un poco más justa.

Milena ensayando en su casa en Buenos Aires, 2016. Imagen cortesía de la artista.

 

Yotzin: Al ejercer tu quehacer desde una forma autónoma, ¿qué dificultades has tenido en el despliegue de tu trabajo?

Milena: Tuve y tengo dificultades constantemente, en todos los niveles, pero hay que seguir y reconozco que tengo bastante fuerza, aunque a veces esas dificultades son demoledoras. Por ejemplo, el machismo que te encontrás en la cotidianidad del trabajo. Siempre terminas trabajando en un lugar donde los técnicos o el jefe o todo está encabezado por un tipo que, por lo general, no está deconstruido. Pienso en muchas situaciones, como una vez hace muchos años que estaba haciendo visuales y un pibe al lado que hacía lo mismo y además coordinaba me dijo: “ Vos imagináte que ahí tenés una pija gigante y la tenés que intervenir”. Era como: “¡No me digas eso!”. Escuchar eso es un bajón total. Entonces hay seguir ante esas cosas. Siempre continuar y continuar. Cosas así, las vas naturalizando pero también te vas fortaleciendo.

En algún momento empecé a hablar, a visibilizar y a remacar esas relaciones de poder que no están para nada equiparadas. Debido al contenido político de lo que hago, también he tenido y tengo dificultades que percibo al aplicar y conseguir fondos. No es fácil conseguir fondos para mis proyectos. Estoy constantemente en una situación autogestiva. Trabajo con otras cosas para tener mi plata y poder producir lo que quiero hacer. Por lo general no recibo los fondos a los que aplico, no sé si es porque aplico mal o si es por los contenidos que presento.

A veces incluso trato —que no está bueno— de modificarlos a la hora de presentarlos para que se vean un poquito más tranqui. Y eso que no hago cosas tan heavys políticamente. Hay dificultades en todos los planos, hay que fortalecerse.

Milena Pafundi

Nació en Buenos Aires en 1983 y vive en México desde 2018. Es artivista feminista, su interés e investigación responde a una responsabilidad social y transfeminista. Como artivista visual desarrolla técnicas y contenidos visuales para shows musicales, performances y obras de danza. Produce instalaciones e intervenciones en el espacio público. Es fundadora del Colectivo Articiclo. Da talleres de arte visual con perspectiva de género. Como realizadora genera contenidos digitales tanto artísticos como periodísticos enfocados en los Derechos Humanos y la violencia de género. Estudió Dirección de Cine y tomó diversos cursos y talleres de videoarte y programación. Su página web es milenapafundi.com

Yotzin Viacobo Huitrón

Yotzin Viacobo Huitrón estudió Literatura Intercultural en la ENES Morelia, UNAM. Desde 2013 es miembro del LANMO. Es parte del proyecto de Ecosistema Digital del CCD. Sus líneas de investigación e intereses son las artes verbales, las manifestaciones orales, la literatura electrónica, los soportes del texto como la memoria, la voz o un lenguaje de programación. Con QUERRÁ, su proyecto ruidístico de live coding, explora las posibilidades dialógicas entre la literatura, la fonología y la sonoridad por medio de la sintaxis de código. Una de sus intenciones es esbozar otras maneras de creación, lectura y percepción de una composición literaria.